La Habana, Cuba.- Mientras el secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, lanza nuevas amenazas contra Venezuela y afirma que su administración podría usar su fuerza contra la nación bolivariana, Caracas se ufana —con razón— del importantísimo acuerdo de carácter estratégico recién firmado con Rusia; y el canciller Iván Gil y su homólogo chino Wang Yi, ratifican la alianza entre ambas naciones, confirmada en la existencia de más de 600 acuerdos bilaterales.
Una frase del titular estadounidense, sin embargo, dejó ver la importancia que sigue teniendo el crudo pesado venezolano para la esfera energética de su país.
Así lo reconoció cuando dijo que Washington utilizaría su «independencia energética» contra Venezuela, en alusión al momento en que, presuntamente, su país no necesite más del petróleo de aquel país.
¿Bufonada o necesidad?
No puede negarse que las exportaciones recientes de petróleo venezolano hacia Estados Unidos —efectuadas al amparo de las resoluciones firmadas por Joe Biden para burlar sus propias sanciones—, han sido importantes para la economía sudamericana. Pero más relevante será seguir diversificando sus rubros y profundizar los nexos con otros socios, como ocurre con Rusia y China.
Washington, por su lado, todavía debe bregar para alcanzar la «independencia energética» de que habló Wright, y de la cual es abanderado. El titular es ingeniero y empresario —no un político—, y ha prometido a Trump «liberar» y hacer «independiente» la energía estadounidense.
Entonces -se infiere-, podría usar la fuerza contra Venezuela: Ya no necesitaría de su crudo. Pero remodelar el sistema energético estadounidense, no será tarea de dos días.