Foto tomada de Cubadebate

La Habana, Cuba.- Una tensa situación marcó el desempeño de la economía cubana en el 2016. Lo había advertido el presidente Raúl Castro desde diciembre del 2015, cuando explicó que enfrentaríamos limitaciones financieras debido a la caída en los ingresos de las exportaciones, y la contracción en el suministro de combustible desde el exterior.

A ello se suma la persistencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos, fortalecido por las multas a bancos que mantienen transacciones con Cuba, y los cuantiosos daños provocados por el huracán Matthew. Fue un año duro, sin embargo, los servicios sociales se mantuvieron y lo seguirán haciendo.

Que la economía retome la senda ascendente y logre un crecimiento moderado del Producto Interno Bruto en el entorno del 2 por ciento, es lo que se ha previsto desde ya para el 2017.

Con voluntad y disciplina

Tres premisas esenciales deberán cumplirse para revertir la situación de la economía cubana. Habrá que garantizar las exportaciones y su cobro oportuno; incrementar la producción nacional que sustituye importaciones; y reducir todo gasto no imprescindible.

Prioridad será revertir los altos volúmenes de inventarios, pues se convierten en recursos monetarios que se inmovilizan y que, con el paso del tiempo, se deprecian. Fundamental, también, la ampliación de la inversión extranjera, y la ejecución de proyectos en sectores priorizados que de forma inmediata permitan captar divisas.

Todo ello, deberá acompañarse del ahorro, que se traduce además en el uso eficiente de los recursos. Voluntad, organización y disciplina resultarán claves en el 2017 para reimpulsar la economía cubana e ir sentando las bases para el Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.

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