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Bacardí matiene una posición opuesta a Cuba

La Habana, Cuba. – La ronera Bacardí, principal instigadora hace 23 años de la Ley  Helms-Burton, acaba de anunciar sin tapujos su regocijo por la decisión de la Administración  Trump de aplicar el Título  Tercero de ese engendro anticubano.

Como ya se sabe, ese acápite abre una puerta a las reclamaciones de los ciudadanos norteamericanos cuyas propiedades fueron nacionalizadas tras el triunfo de la Revolución.

La compañía, que dice producir ron cubano, pero que lo hace en Puerto Rico, respaldó en un comunicado las pretensiones de entablar acciones legales contra unas

Un total de 200 empresas cubanas incluidas en una arbitraria lista del departamento de Estado. Claro que no podía ser de otra forma, porque la ronera se vinculó hace muchos años a los planes contra Cuba e incluso ha tenido hombres en lo más alto de la política estadounidense.

Un ron contra Cuba

Dos personajes muy vinculados a la ronera Bacardí estuvieron implicados en la elaboración de la Ley Helms-Burton: Roger Noriega, quien llegaría ser embajador de Estados Unidos ante la OEA, y Otto Reich y fue enviado especial para Venezuela.

Como si fuera poco la Fundación Nacional Cubano-Americana, que mucho empujó a favor de ese mamotreto legal, es considerada como la portavoz política de la multinacional de bebidas.

Por eso, no  es de extrañar que desde las oficinas centrales de la ronera en Bermudas aplaudan cada paso de endurecimiento del bloqueo.

Ellos han vendido mucho ron, es verdad, pero también han sido activos componentes de cuanta campaña anticubana se ha inventado en Estados Unidos, aunque solo ahora, con el renacer de la Helms-Burton, Bacardí se ha quitado la careta.