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Por: Nicolás Flores Lafita

La Habana, Cuba. – El 6 de enero de 2021 el mundo presenció a través de la televisión, plataformas digitales y redes sociales, cómo la democracia Made in Usa se desplomaba como mismo sucedió con las Torres Gemelas 20 años antes.

Azuzada por un Donald Trump negado a aceptar su derrota, una turba asaltó al Congreso con la intención de impedir lo que hasta ese momento era un mero acto formal, la proclamación del presidente electo de Estados Unidos.

En su deseo enfermizo por permanecer en la Casa Blanca, el magnate inmobiliario convenció a los violentos de que las elecciones habían sido amañadas y sus personeros no dudaron en buscar culpables de la derrota.

Como en una saga de espías al mejor estilo de Hollywood acusaron a Cuba de colusión con los demócratas y a Venezuela de suministrar las maquinas electorales en los estados donde Joe Biden había ganado.  

¿Qué se conoce del asalto al Capitolio?

Las pesquisas han demostrado que Trump y sus acólitos hicieron un esfuerzo concertado para evitar que la sesión del Congreso presidida por Mike Pence certificara ese día a Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

Mientras el Buró Federal de Investigaciones y la justicia lidian con los ciudadanos que protagonizaron los incidentes, la Cámara de Representantes lleva a cabo una investigación paralela sobre lo ocurrido el 6 de enero y los días precedentes en las más altas instancias del gobierno estadounidense.

No obstante, su convocatoria al caos y la violencia, la influencia del Trumpismo es cada vez mayor entre los republicanos y el magnate inmobiliario es un firme aspirante a volver a convertirse en el candidato del Partido del Elefante.