La Habana, Cuba. – Aún permanece en el éter el clamor de Aquí no se rinde nadie expresado por Juan Almeida Bosque en el momento más tenso y abrumador en Alegría de Pío cuando fueron sorprendidos y dispersados por la tiranía batistiana.

Quien definió el coraje de los expedicionarios del yate Granma con ese grito patriótico fue el mismo hombre tierno y sensible que días antes compusiera una bella canción a Lupe, un amor mexicano, que dejaba atrás para incorporarse a la lucha por la justicia de su Patria.

La grandeza de un hombre tan sencillo, valiente y audaz, tan humano y comprensivo, encuentran en Almeida su retrato más cabal. Guerrillero sobresaliente, jefe distinguido y ejemplar, estratega capaz son atributos que lo enaltecen, cualidades todas ganadas a fuerza de su entrega a la Revolución y a la fidelidad al Comandante en Jefe Fidel Castro.

El ejemplo a no rendirnos jamás

Almeida fue de los jóvenes asaltantes al Moncada, expedicionario del Granma y combatiente del Ejército Rebelde. Incontables son las acciones militares durante la lucha insurreccional en las que participó el Comandante Juan Almeida Bosque, quien cumpliría 95 años.

Sus méritos lo convirtieron en uno de los primeros comandantes ascendidos por Fidel para fundar el Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, territorio en plena Sierra Maestra, donde hizo innumerables proezas que influirían decisivamente en el viraje definitivo de la guerra a favor de la Revolución.

Juan Almeida dejó también una obra literaria de gran valor testimonial que narra el decursar de la lucha guerrillera. Fue fundador del Partido Comunista y Héroe de la República de Cuba.

En Almeida está el ejemplo que nos impulsa a no rendirnos jamás.