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La Habana, Cuba. – Un sabor agrio dejó el 2023 en la economía nacional de Cuba, que no alcanzó la meta prevista de crecer un 3 por ciento, y lo que es peor, se calcula una contracción de entre 1 y 2 dígitos porcentuales.

El bloqueo siguió siendo el principal obstáculo para el desarrollo de la nación, que vivió doce meses con una severa escasez de divisas y de combustibles. Como si fuera poco, hubo pobres niveles de producción agroalimentaria, déficit de generación eléctrica, y una inflación interanual que se desaceleró un poco, pero alcanzó el 30 por ciento.

El turismo solo recibió a unos 2 millones y medio de vacacionistas, cifra muy lejos de la ambiciosa meta de 3 millones y medio. Las exportaciones quedaron también por debajo de lo previsto, una carencia que redondeó un escenario económico adverso.

Otros problemas

Aunque en 2023 el país alcanzó la mayor cifra de inversión extranjera en un año desde 2014 con 52nuevos negocios, todavía quedan problemas por solucionar en un proceso que todos reconocen como elemento clave para el desarrollo del país.

Más allá del impacto evidente del bloqueo, hay que resolver asuntos como la demora en la aprobación de los proyectos, los altos volúmenes de pagos retenidos debido a las limitaciones de inversión y la falta de autonomía financiera.

Otra seria dificultad de la economía nacional en los últimos doce meses fue la aparición de un gran déficit presupuestario, al incurrirse en gastos mayores a los ingresos, lo que obligó al Consejo de Estado a modificar la Ley Presupuestaria.

Con más sombras que luces como evidencia anual, la economía nacional sufrió un duro patinazo.