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Carlos del Porto Blanco

Einstein se equivocaba cuando decía que ‘Dios no juega a los dados con el universo’. Considerando las hipótesis de los agujeros negros, Dios no solo juega a los dados con el universo: a veces los arroja donde no podemos verlos. Stephen Hawking

Hoy comentaré un libro, pequeño, pero excepcional. Fue escrito por una de las mentes más lúcidas del siglo XX, y mira que las hubo. Me refiero a “El universo en una cáscara de nuez” del astrofísico británico Stephen Hawking.

En esta ocasión, nuevamente, el autor regala una obra de divulgación que explora los límites más fascinantes de la física teórica. Doce años después de haber concebido su célebre Historia del tiempo (https://www.radioreloj.cu/noticias-radio-reloj/ciencia/breve-historia-del-tiempo-del-big-bang-a-los-agujeros-negros/), Hawking ofrece un viaje por los misterios del cosmos, abordando temas tan complejos como la teoría de las supercuerdas, los agujeros negros, la naturaleza del tiempo y la posibilidad de dimensiones adicionales.

El título del libro es una referencia a la famosa frase de Hamlet y sirve como metáfora para explicar cómo el universo podría estar confinado en una especie de “cáscara” multidimensional. Hawking plantea que vivimos en la frontera de esa cáscara, atrapados en un espacio de cuatro dimensiones —largo, ancho, alto y tiempo—, mientras que otras dimensiones podrían existir, pero permanecen inaccesibles para nosotros. Esta idea da pie a la introducción de conceptos como las membranas (branas), que atrapan en su superficie a las partículas fundamentales del universo.

El físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico Stephen William Hawking, no necesita presentación, pero debe hacerse en un trabajo como este. Nació en Oxford, Inglaterra, Reino Unido el 8 de enero de 1942 y murió en Cambridge, Inglaterra, el 14 de marzo de 2018. Sus trabajos más importantes consistieron en aportar, junto con Roger Penrose, teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general y la predicción teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo que se conoce hoy en día como radiación de Hawking (o radiación Bekenstein-Hawking). Una de las principales características de su personalidad fue su contribución al debate científico, a veces apostando públicamente con otros científicos. El caso más conocido es su participación en la discusión sobre la conservación de la información en los agujeros negros.

Fue miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias en Estados Unidos. Fue titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge desde 1979 hasta su jubilación en 2009. Entre las numerosas distinciones que le fueron concedidas, recibió doce doctorados honoris causa y fue galardonado con la Orden del Imperio Británico (grado CBE) en 1982, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989, la Medalla Copley en 2006, la Medalla de la Libertad en 2009 y el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en 2015.

Justo antes de su primer matrimonio, con veintiún años, se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que fue agravando su estado con el paso de los años, hasta dejarlo casi completamente paralizado y le forzó a comunicarse a través de un aparato generador de voz. Ha sido la persona de más edad con esa enfermedad, a la que sobrevivió cincuenta y cinco años, cuando la esperanza media de vida es de aproximadamente catorce meses. Su caso resulta “fascinante” y desconcertante para los neurólogos.

Fue un autor de libros divulgativos sobre ciencia de los que logró grandes tiradas, en ellos discutía sobre sus propias teorías y la cosmología en general. Hawking se convirtió en un personaje de leyenda por su habilidad para hacer comprensibles conceptos extremadamente complejos. Con un estilo directo, humorístico y lleno de anécdotas, este autor lograba que el lector se sintiera parte de la aventura científica.

A diferencia de su optimismo inicial en “Historia del tiempo”, Hawking se muestra es esta obra,“El universo en una cáscara de nuez”, más cauto respecto a la posibilidad de alcanzar una “Teoría del Todo” que explique completamente el universo. Reconoce que, aunque se han hecho avances significativos, la reconciliación definitiva entre la relatividad general y la mecánica cuántica sigue siendo un desafío pendiente. Esta honestidad intelectual aporta profundidad y realismo a la obra.

El libro no es una lectura compleja, menos aún si uno ya se ha introducido en el tema, y resulta divulgativa en grado sumo, capaz de llegar con facilidad al público general. Hay mucha física teórica en él, como es lógico, pero Hawking tiene una virtud, igualada por muy pocos: cercanía, humor y perspectiva generalista. Como divulgador científico, es excepcional, sabe conducir al lector por los enigmas de la física sin usar la matemática. El ensayo está estructurado de forma arborescente, no de forma lineal lo que la convierte en una obra más fácil de seguir, y si no se comprende algún episodio, esto no impide a nadie seguir hasta el final y aprehender el resto.

Hawking menciona constantemente anécdotas sobre otros físicos, la situación política subyacente en épocas claves para el estudio del tema o de su vida personal, lo cual ayuda a comprender cada teoría en su contexto, y de paso brinda conocimientos sobre cómo se ha llegado a la situación actual en el área de la física teórica. El texto se divide en siete capítulos: 1. Breve historia de la relatividad, 2. La forma del tiempo, 3. El Universo en una cáscara de nuez, 4. Prediciendo el futuro, 5. Protegiendo el pasado, 6. ¿Será nuestro futuro como Star Trek o no?, y 7. Los nuevos universos membrana.

El libro muestra las fronteras de la física teórica en el momento en que fue escrita, 2001, (posteriormente se detectaron las ondas gravitacionales, se confirmó la existencia del bosón de Higgs y se obtuvo la primera fotografía de un agujero negro). Hawking propone y dice hasta qué punto podemos fiarnos de las teorías actuales, se sincera con el lector y no intenta engañarle con juegos de manos. Es esta una obra sincera, clara, apta para el gran público curioso por su entorno más alejado.

“El universo en una cáscara de nuez” es una obra imprescindible para quienes desean asomarse a los grandes enigmas del cosmos. Hawking no solo informa, sino que contagia la emoción de la búsqueda científica, iluminando el camino con claridad y entusiasmo. Si bien la lectura puede ser exigente en algunos tramos, el esfuerzo se ve recompensado con una visión única del universo y sus secretos

Como buen inglés, Hawking hace guiños a otro gigante nacido en esas tierras, William Shakespeare, trae a Hamlet, cuando dice “Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito…» y culmina su libro, cuando retomando a la Miranda de La Tempestad, cuando la parafrasea “¡felices universos membrana, que albergáis criaturas como ésta!” Así es el universo en una cáscara de nuez.

Ahora que viene el tiempo de vacaciones, este libro es una buena opción para pasar un rato entretenido y aprendiendo, acá les dejo la URL donde puede ser descargado: https://www.insumisos.com/M4T3R14L/BD/Hawking-Stephen/El%20Universo%20en%20una%20cascara%20de%20nuez.PDF

 

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