La Habana, Cuba. – La presencia en Nueva York del presidente Miguel Díaz-Canel, apenas unas horas después del cierre de la Cumbre de los 77 y China, garantiza la defensa del Sur global en el septuagésimo octavo período de sesiones de Naciones Unidas.
Durante tres días seguidos, en tres diferentes encuentros, Díaz-Canel será la voz de ese conglomerado de naciones en el principal foro internacional, como hizo este lunes en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
No podía ser de otra manera después del compromiso asumido por Cuba desde la presidencia temporal del Grupo de los 77 y China, y sobre todo en el impulso a medidas prácticas que superen lo discursivo.
La Cumbre de La Habana pretende ser un punto de inflexión para los países subdesarrollados, en medio de un mundo en transición en el que emergen nuevos polos geopolíticos.
Por todos y con todos
Colonizado, expoliado y empobrecido, el bloque de naciones del Sur encontró en Cuba la voz enérgica y respetada que puede marcar un rumbo en el nuevo contexto geopolítico mundial.
No será un camino fácil y habrá miles de impedimentos, pero desde La Habana hay disposición, como dijo Díaz-Canel, a derribar las barreras internacionales que han obstaculizado el acceso al conocimiento a los países en desarrollo e impiden el aprovechamiento de factores determinantes para el avance económico y social.
En la clausura de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, el presidente cubano llamó a luchar por nuestro derecho al desarrollo, que es también el derecho a existir como especie, y eso es lo que hace ahora Cuba en los varios foros en marcha en Naciones Unidas: Luchar por todos y con todos.