La Habana, Cuba.- La educación se erige como una de las vías para la prevención, neutralización y erradicación de la violencia de género.

Por ello, se debe trabajar en la idea de enseñar y promover ejemplos de femenidades y masculinidades, alejadas de los conceptos tradicionales, y que fomenten las relaciones de igualdad, equidad y autonomía.

Para lograr ese objetivo es fundamental intentar subvertir los mitos y estereotipos, puesto que son contrarios al análisis, reflexión y evaluación crítica de los hechos. Además, son difíciles de desmentir por estar generalizados, normalizados y formar parte de las convicciones sociales y contener gran carga emotiva.

Por lo tanto, todos los centros educativos deben aprovechar sus potencialidades para crear nuevas referencias y potenciar modelos basados en el afecto, el respeto y la inclusión.