La Habana, Cuba. – Considerado el primer compositor del mundo en la era moderna, el director de orquesta y pianista ruso, Igor Stravinsky, se presentó en La Habana en tres ocasiones, todas en el Auditórium Amadeo Roldán.

El debut del músico fue el 3 de marzo de 1946, y al frente de la Orquesta Filarmónica de La Habana deleitó con la obertura Ruslán y Liudmila, de Glinka; El pájaro de fuego y selecciones del ballet Petroushka, del propio Stravinsky.

Entrevistado por Lisandro Otero, manifestó: “Estoy encantado de dirigir mis propias obras con un conjunto sinfónico de la importancia de la Orquesta Filarmónica de La Habana”.

Igor Stravinsky volvió en 1951; y menos conocida es su tercera visita, en 1953, cuando presentó selecciones de Petroushka y Cuatro modos noruegos.

La consagración de la primavera

El más célebre escándalo en la historia de la música es el ballet La consagración de la primavera, de Igor Stravinski, una salvaje disonancia polifónica estrenada el 29 de mayo de 1913 en el Teatro de los Campos Elíseos de París.

En la presentación, el público se dio puñetazos, requirió vigilancia policial en el segundo acto, e hizo realidad la intención del músico de “mandar todo al demonio”, en una obra considerada uno de los cambios más audaces de la música y la danza.

Creada para la compañía de los Ballet Rusos, en la pieza destaca la brutalidad de la Rusia pagana, la agresiva interpretación, la armonía politonal y los ritmos abruptos.

Igor Stravinski produjo obras clásicas en estilos como el primitivismo, el neoclasicismo y el serialismo, y la revista Time lo ubicó entre las personalidades más influyentes del siglo veinte.