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La Habana, Cuba.- Si algo importante trajo la más reciente edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV-2016) fue la confirmación de la voluntad gubernamental de fomentar la inversión extranjera.

La bolsa comercial que cada año sesiona en ExpoCuba sirvió de escenario a la presentación de la tercera versión de la Cartera de Oportunidades de negocios en Cuba, un compendio que incluye 395 proyectos por un monto superior a los 9.500 millones de dólares.

Ese portafolio, que recoge intereses en prácticamente toda la larga y estrecha geografía nacional, contiene necesidades en 15 sectores, aunque el turismo sigue siendo el de mayor número y el más apetitoso para el capital foráneo.

No obstante, también resultan atractivas las propuestas en energía, prospecciones petroleras y producciones agroalimentarias, áreas en la que hay espacios para hacer buenos negocios.

Capital para crecer

El país necesita inversiones anuales entre 2.000 y 2.500 millones de dólares para poder lograr que el Producto Interno Bruto engorde como promedio entre cinco y seis por ciento.

Ese añorado crecimiento de la economía, que garantizaría la prosperidad de la nación, permitiría un desarrollo sostenible y, lo que es más importante, haría mucho más fácil la vida de los cubanos.

Por eso, desde hace unos años, las autoridades ven a la inversión extranjera no como un asunto complementario, sino como una herramienta de desarrollo, algo que confirmó en FIHAV-2016 el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.

Claro que atraer esa millonaria cifra no es cosa sencilla, sino que requiere de voluntad política, un marco regulatorio y sobre todo de proyectos seductores para los inversionistas.

Poco a poco, el país ha dado pasos en esa dirección, favorecido por la puesta en vigor de la Ley 118, que norma la entrada del capital extranjero, a lo que se han sumado las tres versiones del portafolio de negocios, que, cada año con más detalle, especifican los intereses del país para captar la inversión foránea.

Piedras fundacionales en Mariel

Como parte de FIHAV-2016, la compañía mixta cubano-brasileña Brascuba colocó la primera piedra de lo que será una moderna fábrica de cigarros en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), en una inversión cercana a los 100 millones de dólares.

De esa forma, Brascuba se convirtió en la primera empresa en iniciar la construcción de su planta, que ocupará 10,8 hectáreas y dispondrá de la más avanzada tecnología para la confección de cigarros, lo que permitirá duplicar la actual producción anual.

Pero siguiendo los pasos de la compañía cubano-brasileña, la firma global de productos de consumo Unilever también puso en Mariel la primera piedra para marcar el inicio de la construcción de una nueva fábrica de jabón y dentífrico, una inversión con un valor de 35 millones de dólares.

La planta de Unilever tendrá una superficie de cuatro hectáreas y fabricará marcas reconocidas como Sedal, Rexona, OMO, LUX y Close-UP, en sociedad con la empresa estatal cubana Intersuchel, con el objetivo de reducir las importaciones de productos a la isla.

Esas dos compañías expresan la confianza en el mercado cubano y el éxito en sus operaciones, algo que se repite en otras entidades mixtas como Havana Club International, Energás o Iberostar, por solo citar algunas.

En el informe central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, que sesionó en abril último, el presidente Raúl Castro, llamó a “dejar atrás prejuicios arcaicos respecto a la inversión extranjera y avanzar resueltamente en la preparación, diseño y concreción de nuevos negocios”.

Esa voluntad política  demuestra que, aunque aún estamos lejos de lo necesario y lo deseado, el país da pasos seguros en el camino que abre las puertas al capital extranjero.