Por: Teresita Jorge

En julio de 1889 vio la luz la revista La Edad de Oro, uno de los títulos más buscados en la edición veintiocho de la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Entre julio y octubre de ese año se publicó en la ciudad de Nueva York dicha revista mensual de recreo e instrucción, de la que solo salieron cuatro entregas que bastaron para formar un libro capital.

Un gran significado tuvo para José Martí esta publicación que fundó y escribió y que en carta a Manuel Mercado le dijo que le permitía poner, de manera que fuera durable y útil, todo lo que a pura sangre le iba madurando en el alma.

En una de sus misivas a María Mantilla le recomienda la lectura de un libro escrito en castellano útil y sencillo. «Yo quise escribir así en La Edad de Oro; para que los niños me entendiesen, y el lenguaje tuviera sentido y música», afirmó Martí.

Un libro para los niños de América

A través de sólo cuatro números de la revista La Edad de Oro, José Martí transmitió a las nuevas generaciones de niños de Nuestra América su inmenso amor por la patria latinoamericana.

En 1905 la revista se publicó por primera vez reunida en un solo volumen, como parte de las primeras Obras Completas de José Martí, a cargo de Gonzalo de Quesada.

La primera edición cubana de La Edad de Oro se imprimió en 1932 al cuidado de Emilio Roig de Leuchsenring. «Es ahora que se realiza lo que desde largos años ha constituido anhelo y demanda de cuantos en Cuba profesan culto fervoroso y comprensivo a Martí y su obra», dijo el insigne historiador.

Al amigo mexicano Manuel Mercado, el Apóstol le expresó el propósito de La Edad de Oro cuando aseguró: A nuestros niños los hemos de criar para niños de su tiempo, y hombres de América.