Por: Gardenia Companioni

Medicina y literatura fueron dos profesiones que Miguel Antonio de Carrión de Cárdenas combinó de manera perfecta. También este habanero nacido el 9 de abril de 1875 desempeñó una encomiable labor en el campo del periodismo pues colaboró activamente con diversas publicaciones.

Tras graduarse de bachiller en la capital ingresó en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana, pero la abandonó al estallar la guerra de independencia debido a sus actividades revolucionarias.

Sus ideas emancipadoras lo obligaron a emigrar a los Estados Unidos, donde más tarde montó un negocio de billar y escribió sus narraciones.

Regresa a comienzos del siglo XX para graduarse de médico e ingresar en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana mientras la rectoría de la Universidad le adjudica la Ayudantía Facultativa del Departamento de Rayos Equis, adscrita a la Escuela de Medicina.

Polifaceta defensor de las mujeres

Miguel de Carrión se destacó en varias esferas. Prestó servicios en la Asociación Cubana de Beneficencia, y ganó por oposición las cátedras de Educación Física, Juegos y Deportes, y de Anatomía, Fisiología e Higiene en la Escuela Normal.

Impartió conferencias de Instrucción Moral y Cívica, fundó la revista Cuba Pedagógica y creó junto a Félix Callejas la revista para niños La Edad de Oro, título homónimo al de la revista martiana, dedicada a promover el pensamiento de Martí. Como periodista colaboró con numerosas publicaciones entre ellas, El Fígaro y Heraldo de Cuba, además de publicar Los cálculos renales y su diagnóstico.

Su vocación pedagógica y sociológica se volcó hacia la condición social de las mujeres, lo que refleja durante toda su obra narrativa.

Sus novelas El Milagro, Las Impuras y Las Honradas se consideran la mejor muestra del realismo cubano.