El 12 de noviembre de 1901 nació en el seno de una familia habanera, de fuerte tradición mambisa, Reneé Méndez-Capote Chaple, una niña que luego se destacó como magnífica escritora, periodista, promotora cultural e importante figura de las letras cubanas.

Era la tercera hija de Domingo Méndez-Capote, quien fue Vice-Presidente de la República en Armas.

Con simpatía muy criolla, ella decía que cuando nació era “grande, alegre, gorda,  sana, rebelde y vigorosa”.

Luego añadió: “a la edad en que otros niños solo habían leído a Salgari, mis hermanos y yo conocíamos la mitología griega y el martirologio cristiano, los grandes maestros de la pintura universal, la posibilidad de más mundos habitados y ‘El Quijote’, ‘La Divina Comedia’ y los dramas de Shakespeare en ediciones para niños”.

Fuente de sabiduría y elocuencia

Desde su adolescencia, Reneé Méndez-Capote tuvo gran apego por las letras, de ahí que con solo 16 años publicara su primer artículo titulado: “El Primer Baile”, en una revista de los alumnos del colegio La Salle.

Luego, ella y su hermana Sara crearon la revista “Artes y Letras”, de la que puede decirse que marcó el inicio de su arraigada vocación literaria.

En una charla con motivo del centenario de Reneé Méndez-Capote efectuada en la Biblioteca Nacional, Esteban Llorach, Premio Nacional de Edición del año 2002, dijo que la recordaba con un bastón y una gorra que llamaba tanto la atención como sus anchas caderas y su más amplia y picaresca sonrisa.

Ella llegaba agotada, tomaba aire y se sentaba en lo primero que tuviese a mano. Era el soplo más fresco y juvenil, una brisa justa y a la medida, una fuente de sabiduría y elocuencia”.

Creadora multipremiada

Una veintena de títulos dejan conocer las vivencias de Reneé Méndez-Capote, quien reflejó magistralmente una época de la sociedad cubana, especialmente la habanera, de la que retrató sus costumbres y  personajes.

Cuando en 1985 la Unión de Escritores y Artistas de Cuba entregó por primera vez el premio La Rosa Blanca, lo recibieron Eliseo Diego, Dora Alonso, Rafaela Chacón, Exilia Saldaña y también Reneé Méndez-Capote.

Por su compromiso raigal con la Revolución Cubana, el Consejo de Estado también le otorgó las Distinciones Por la Cultura Nacional, Alejo Carpentier, Félix Varela y José Joaquín Palma, por su destacada labor, además de la Réplica del Machete de Máximo Gómez, que recibió a muy avanzada edad.