Cuando observamos el mapa del mundo, prevalece en él una tonalidad azulada, en correspondencia con el hecho de que casi las tres cuartas partes de la superficie del planeta lo ocupan las aguas de los mares y océanos.

Hoy crece la escasez de ese recurso finito en una población que aumenta y que se estima deberá alcanzar los 9 mil millones de habitantes en los próximos tres decenios.

Se proyecta que para el 2025, mil 800 millones de personas vivirán en países o regiones donde habrá escasez absoluta de agua, y el cambio climático será también responsable de esa insuficiencia.

En la actualidad el 70 por ciento del agua consumible se destina a la agricultura, un 22 a la industria y sólo el 8 por ciento es para uso doméstico. El agua dulce es un recurso limitado y su calidad está bajo presión constante; cuidarla es un compromiso de todos.

Esencial para la vida

El agua es sinónimo de vida y por ende requisito indispensable para la permanencia de la misma.

Entre las funciones en el organismo sobresale que posibilita el transporte de nutrientes a las células, remueve las sustancias de desecho y es el regulador térmico corporal perfecto.

Nuestro cuerpo está compuesto en un 60 por ciento de agua, sin embargo a diario perdemos aproximadamente unos mil 450 mililitros, de los cuales 500 son eliminados través de la orina, otros 600 se pierden en la respiración como vapor de agua, 200 en la sudoración y 150 en la materia fecal.

Por ello es importante consumir entre 6 y 8 vasos de agua al día, ya que debemos mantener el equilibrio de ese líquido en nuestro cuerpo.

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