Con motivo del aniversario 70 de Radio Reloj nuestra página web publica una serie de entrevistas a personalidades que de una manera u otra han tenido o tienen que ver con la emisora, y en esta ocasión tuvimos el placer de conversar con el popular presentador de la Televisión Cubana Marino Luzardo, quien dió sus primeros pasos en la locución precisamente en Radio Reloj y hoy conduce programas como Mediodía en TV y De tarde en casa, o presta su voz a otros como 23 y M, Entre Libros, o documentales de diversas temáticas, también atesora premios y reconocimientos por su labor, como dos premios Caracol por doblajes y dos en los Festivales de la Televisión y el de la popularidad de Entre tu y yo.

Periodista: De cómo llegó a la emisora nos comenta Marino Luzardo.

Marino Luzardo: Saludos para todos los usuarios de la página web de Radio Reloj, la emisora que marcha junto al tiempo, ante todo una felicitación al colectivo por el aniversario 70 de esa planta en la cual tuve la gran suerte de iniciar mi carrera como locutor, pues llegué a ella a finales del 2002 y ya el 1 de enero de 2003
comencé a trabajar allí.

Llegue de una manera fortuita, o forzada por mi, pues siempre soñé con ser locutor de Radio Reloj, la verdad yo nunca pretendí llegar a la televisión, fuí a Reloj realmente porque mi mamá me dijo que escuchó una convocatoria para locutores y en ese momento no le hice caso, pues yo trabajaba en ETECSA cuando aquello y no podía dejar mi trabajo, pero esa misma convocatoria la use en otro momento para que me dejaran subir a Reloj el día que me decidí a ir.

De atrevido, inventé en la puerta del ICRT que me habían llamado para una convocatoria de locutores y cuando llamaron a la emisora salió Ibrahim Aput, quien al escucharme me hizo subir, me hizo unas pruebas y ese mismo día me quedé en un adiestramiento que él estaba impartiendo a otros aspirantes. Al poco tiempo se vació una plaza y me la dieron a mi afortunadamente, era en el turno de la madrugada, pues todo el que empieza en Reloj lo hace por ese turno, sobre todo los hombres, y recuerdo que estuve en ese turno un año y unos seis o siete meses.

P: ¿Qué tiene Marino Luzardo que agredecerle a Radio Reloj?

ML: Todos los que abrazamos la profesión de la locución agradecemos el paso por Reloj por todo lo que nos enseña, yo estuve poco tiempo pero fue muy intenso y supe aprovecharlo al máximo, aprendí mucho de lo que hoy me acompaña en mi desempeño y agradezco a todos los que tuvieron que ver con eso y felicito a todos los que con tanto amor llevan adelante a esa emisora escuela de la locución en Cuba.

Imaginate, en Reloj a mi, desde el principio, Ibrahim Aput me decía, tienes que estar muy seguro, porque muchas veces las cosas llegan a primera vista, y en más de una ocasión me sucedió, yo recuerdo que cuando la noticia se repite ya uno sabe lo que va a leer, pero de momento te llegaba una noticia, un editorial o una nota de última hora y había que leerla con mucha responsabilidad, seriedad y profesionalidad por ser algo importante para el país, y uno a veces se sentía un poco nervioso, sobre todo cuando te tocaba a ti, que te daban la hoja en tus manos, porque si le tocaba al otro te daba tiempo a prepararte mientras él iniciaba, pero cuando tu no sabes ni de que se trata es como para ponerse nervioso, eso te compromete pero a la vez es un entrenamiento muy fuerte, porque ahora mismo en la televisión a veces hay cosas que hay que hacer de esa manera.

También el vocabulario que se aprende es muy rico, yo corregí muchas palabras leyendo en Reloj, incluso recuerdo que una vez estaba la palabra liderar y yo le puse liderear, y Luis Alarcón cuando me escuchó me dijo, no, estaba bien puesto liderar, ahora ya la Academia lo aceptó de las dos maneras, pero en aquel momento fue una enseñanza.

Como eso mil cosas, en temas en los que no me considero conocedor o entendido en la materia, como la política internacional, o los deportes, Reloj me ayudaba a comprender muchas de las cosas que yo desconocía, tal vez por no prestarle atención, por no tener conocimiento de causa de por qué las cosas eran así, y yo recuerdo que a veces leía noticias y caía en cuenta de por qué a tal cosa se le dice así, todo eso me lo daba Reloj, por ejemplo, la Revista Semanal, que me encantaba hacerla, aunque me tocó pocas veces, pues a la madrugada solo le tocaba la última media hora, pero me encantaba leerla y escucharla, da un enriquecimiento tremendo porque toca temas increibles y muy curiosos.

Además, eso de compartir con otra persona la cabina, de tener los dos esa responsabilidad común es algo que también te aporta mucho desde el punto de vista del compañerimo, ya Martí lo decía: que subir montañas hermana hombres, y yo recuerdo que en determinadas ocasiones uno de los dos pudo sentirse mal y tenía que salir de la cabina por un acceso de tos, o tenía que ir al baño, que es humano, y uno tenía que cubrir ese tiempo.

Lo otro es la disciplina que te impone Reloj, porque tu sabes que hasta que tu no llegues el compañero que está allí no se puede ir, y eso es duro, eso de quedar mal con tu compañero, obligarlo a que esté un tiempo extra al que le corresponde, o sea, que todas esas cosas te hacen como un paquete de responsabilidades, de condiciones, de requisitos, los cuales después tu te sientes obligado a cumplir en cualquier desempeño porque ya sabes que cualquier cosa que no hagas bien es de dominio público, porque la voz o la imágen por los medios de comunicación llegan a todo el mundo, por eso hay que tener mucho cuidado con el trabajo que uno hace.

P: ¿Qué recuerdos tienes de aquella época en Reloj y de tus compañeros de entonces?

ML: Compañeros tuve muchos, me recuerdo de manera especial de Virgen Ojeda Benítez, porque ella fue con la primera locutora que trabajé en mi primer día de trabajo, ella es muy simpática, no es muy sociable, es más bien introvertida, pero conmigo tiene una relación muy, muy bonita, hoy mismo la vi y cada vez que nos vemos nos abrazamos y ella me dice cuánto me quiere y yo le digo cuánto la quiero, porque además fue un momento difícil de su vida que nos conocimos y yo le agradezco mucho a ella.

Pero también están en mi recuerdo Luis Alarcón, Marlos Marlon o Marlito como le decimos, Daniel Pereira Brito, Ariel Trujillo, Alain Amador, María Mellado, alguien sumamente simpática, yo recuerdo que hice prácticas con ella y cuando me equivocaba cogía el abanico y me daba por la cabeza, las cosas de ella son increibles porque es muy simpática, y Carlos Massola, Argelia Pera, Merci de la Villa, Leandro Aguilar, el guajiro, una persona muy buena y cariñosa, Céspedes Hernández, Isabel Fernández, Gerardo Contreras, en fin una cantidad de loctores excelentes que recibian a los jóvenes con muchísimo gusto, nunca advertí eso de que este que llegó ahora qué se cree, para nada, me aprecio de haber trabajado con mucha gente buena, locutores de verdad y que respetaban mucho a la emisora.

P: ¿Qué opinas de la emisora como escuela de locución?

ML: Yo se que por el ritmo de Reloj, que es una maquinita de moler porque tiene un ritmo de verdad difícil, muchos no tienen la posibilidad de prepararse en ella, pero pienso que todo el que tiene interés puede mejorar en Radio Reloj, y eso de que es monótona no es cierto, a la noticia se le pueden dar diversos matices y ahí hay grandes maestros en eso, solamente tienes que escucharla para saber cuántos matices se le pueden sacar a un minuto de noticia.

Uno aprende con Reloj el poder de síntesis, de cuánto a veces uno puede usar eso en otros medios, y cuando te dan una noticia en otra emisora te das cuenta de cuán profesional hay que ser para en un minuto resumir tantas cosas y en eso ustedes los periodistas tienen un gran mérito y responsabilidad, porque hacen que uno se sienta cómodo, porque eso de ajustar la noticia a esas 16 líneas o 960 caracteres te obliga a sintetizar, a mi en televisión me ayuda mucho, cuando me dan el cero y uno es capaz de redondear la idea y llevarla hasta el final sin atropellar y sin que se pierda lo más importante de lo que estás transmitiendo, eso se aprende en una emisora como Radio Reloj.

P: ¿Tienes alguna anécdota de tu paso por esta emisora?

ML: Anécdotas hay muchas, las personas suelen imaginarse que Reloj es una emirora muy aburrida pero suelen suceder cosas muy simpáticas, recuerdo que mi primer día me tocó trabajar con Virgen Ojeda Benítez, que me la imaginaba una mujer grande, voluctuosa y fue todo lo contrario, es menudita, más bien bajita, eso si, con una voz tremenda, y una persona maravillosa y muy agradable. Ese mismo día la última media hora me tocó con Luis Alarcón Santana, que cuando lo vi entrar por aquella puerta tan grande, tan inmenso, que apenas cabía me sentí muy pequeño y cuando abrió la boca para hablar creí que mi voz no se iba a escuchar por aquel micrófono, pero él es una persona tan grande en este mundo de la locución que devino en un ejemplo a seguir y fue muy provechoso trabajar con él por todo lo que aportó. Siempre lo digo le debo mucho porque él se preocupa por el que trabaja con él, y se adelantaba en la lectura para corregir cualquier error que pudiera tener la cuartilla con tal de que uno no lo dijera. Eso es algo hermoso y es una de las tantas cosas que te da para la profesión Radio Reloj.

P: ¿Volvería Marino Luzardo a Radio Reloj algún día?

ML: Si algo soñé siempre fue ser locutor de Reloj, pues me encantaba y me encanta, todavía yo escucho la emisora en la mañana un rato y siempre me recuerdo de mis tiempos en ella, fueron tiempos difíciles, porque la madrugada es complicada, nunca tuve la oportunidad de bajar de turno, no se vació ninguna plaza entonces, hay quien si tiene esa suerte, y me alegro mucho de la resistencia que tienen muchos para estar ahí, y me alegra eso porque sé que son personas que les gusta Reloj, pero a mi me fueron apareciendo otras opciones y ya me chocaban con el régimen de turnos de Reloj porque los francos no son estables, van variando cada semana y me coincidía con otros trabajos.

Ojalá algún día tenga la oportunidad de volver a Reloj, lo dije una vez y lo repito, si alguna magia tiene la radio, es que a ella no le importa si eres gordo o flaco, si estás calvo o tienes pelo, si tienes arrugas o no, a la radio lo único que le importa es tu voz y si la sabes usar bien, aún cuando esté un poquito añeja, eso la gente lo agradece porque es sinónimo de experiencia.

La radio es un medio que te abre las puertas aún cuando tu le hayas dado la espalda, eso siempre hay que agradecerselo a la radio y todo el que haya pasado por ese medio debe sentirse agradecido de haber tenido un micrófono delante, en cualquier emisora que sea, en el caso de Reloj doblemente, por todo el esfuerzo y sacrificio que implica trabajar en una emisora como esa.