La camagüeyana Luz Palomares es una de las mujeres más destacadas de La Guerra de Independencia, como lo demuestra su temprana incorporación a la lucha, con sólo 19 años, cuando asistió a las sesiones públicas de la Primera Asamblea Constituyente Republicana.

Tras celebrarse la reunión, en el poblado de Guáimaro, las tropas españolas avanzaron sobre el lugar y sus habitantes prefirieron convertirlo en cenizas antes que perder su libertad.

Entonces Luz, con sus padres y dos hermanos menores, fueron hacia la zona dominada por los mambises y crearon un taller para hacer uniformes.

Una delación los puso al descubierto y ante la vista de todos fueron asesinadas a machetazos varias personas, entre ellas, los dos hermanos menores de Luz, ante lo cual su madre sufrió un ataque cardiaco que le causó la muerte.

Valiente capitana mambisa

Tras el ataque español al campamento mambí, la joven Luz Palomares fue llevada al Cuartel de las Veintiocho Columnas, en Victoria de las Tunas, y luego a La Periquera, en Holguín, lugar usado como cárcel y cuartel de las tropas hispanas.

Allí estuvo hasta 1878, cuando acabó la Guerra de los Diez Años, y tras la firma del Pacto del Zanjón volvió a Guáimaro, su pueblo natal.

Por orden de las autoridades sólo podría quedarse si permanecía en los límites del pueblo, lo que al no ser aceptado por Luz Palomares, la desterraron a Baracoa.

Ahí se casó y continuó sus actividades por la libertad de Cuba y también allí apoyó a los expedicionarios Flor Crombet, José y Antonio Maceo, quien la condecoró con el grado de capitana del Ejército Libertador.