La Habana, Cuba. -La jueza federal Amy Berman Jackson dictò otra condena al jefe de campaña electoral de Donald Trump en 2016.

Se trata de Paul Manafort de 69 años, sancionado anteriormente a 4 años de cárcel. ¿Motivo? Nuevos delitos por conspiración, fraude fiscal y bancario. Además, deberá reintegrar varios miles de millones de dólares. Lo nuevo, la absoluta certeza de que un delincuente dirigió la cruzada electoral de Trump hasta llevarlo a la Casa Blanca.

Observadores también recuerdan que el caso Manafort se une a numerosas renuncias de relevantes figuras del gobierno de Trump. Y si no fueran suficientes golpes como estos, cabría añadir escándalos sexuales que involucraron al presidente.

Junto a ello, persecuciones y situaciones incómodas donde fueron implicados una parte de sus familiares, como fue el sonado episodio de su hija Ivanka Trump.

Trump y su Juan Guaidó

A Trump no le han bastado esos tropezones para detener su grotesca política hacia la nación cubana.

En ese contexto fue que el mandatario hizo suya la barbaridad acaecida en Venezuela de que un tipejo de apellido Guaidò se autoproclamara «presidente interino». Lo hizo porque fue parte de tal jugarreta, destinada, una vez más, a sacar de su cargo al presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.

Ahora se dispone a endurecer, aún más, el bloqueo contra Cuba, particularmente con la aplicación del muy polémico Titulo III de la ley Helms-Burton.

No obstante, las contradicciones que este le ha impuesto desde hace años entre sectores europeos. Sin embargo, la extrema derecha de Washington emula con la famosa frase que reza: La Casa Blanca de trump es el único animal que tropieza muchas veces cin la misma piedra.