A más de 933 mil millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al oro, ascienden los daños acumulados por los efectos del boqueo.

Es una macabra espiral que crece por día, aunque sea una vez al año cuando Cuba realiza una evaluación total de las pérdidas. Cualquier arista de la vida nacional, es decir todas sin excepción, sufren de una u otra manera el impacto de una política que por extemporánea no deja de ser menos malsana.

Las cosas ni siquiera mejoraron cuando la Administración Obama impulsó un tibio acercamiento, pues el bloqueo siguió igualito que el primer día. Ahora, con Donald Trump al bate, la hostilidad se recrudece y no son solo los improbados incidentes con los diplomáticos acreditados en La Habana.

El primer año de Trump en la Casa Blanca nos costó más de 4 mil millones de dólares.

Apretando la tuerca

Foto/ Cubasí

La primera astracanada que nos hizo Trump fue el establecimiento de un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba, un nombre rimbombante para esconder otra vuelta de turca al bloqueo.

Después llegarían regulaciones de los Departamentos de Estado, Tesoro y Comercio para limitar más las oportunidades empresariales y los viajes a Cuba. A renglón seguido, varias instituciones bancarias cortaron  relaciones con nuestro país para evitarse problemas con Washington.

Todas esas medidas, y sus efectos, están documentadas en el Informe de Cuba sobre la resolución que demanda poner fin al bloqueo y que será discutido en la ONU el 31 de octubre.

Es un texto de solo medio centenar de páginas, pero que recoge todo el genocidio de medio siglo.