partido-documentoLa Habana, Cuba.-  Dentro de apenas dos días concluye la discusión pública de los documentos aprobados por el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.

La Conceptualización del modelo cubano de desarrollo y el Plan de desarrollo hasta 2030 lograron traspasar las fronteras de la reunión partidista al convertirse en textos enriquecidos con las propuestas de representantes de todos los sectores de la sociedad.

Esa práctica ya tradicional, incrustada en las raíces de la democracia cubana, ha permitido la participación masiva en la confección de la hoja de ruta que guiará los destinos del país.

En los próximos tres quinquenios, Cuba caminará por un sendero trazado entre todos, cuya meta es la construcción de un socialismo próspero y sostenible, pero para llegar allá hay que resolver viejas tareas y enfrentar otras nuevas en la edificación de un modelo autóctono.

El futuro es de todos

Los resultados de los dos últimos Congresos del Partido tienen un impacto no solo a nivel de la nación, sino también en el plano individual.

El país que se diseña donde, como ha dicho el presidente Raúl Castro “nadie quedará desamparado”, necesita del aporte de los jóvenes, quienes en definitiva serán los que tendrán que sostener lo que ahora se proyecta.

La salvaguardia de ese diseño está inexorablemente ligada a la inteligencia y al esfuerzo de los más nuevos, quienes son los encargados de colocar los ladrillos del edificio nacional, cuyos cimientos ya ha dejado asentados la Generación Histórica de la Revolución.

Por eso ha sido tan necesaria la participación de los jóvenes en la discusión de los documentos partidistas, un debate que ha permitido echar un vistazo con lente de aumento al futuro del país, pero sobre todo ha sido un momento para la creación colectiva del porvenir.