Fidel con internacionalistas cubanos en Angola

La Habana, Cuba. – Cuando en 1947 se incorporó a la expedición de Cayo Confites para enfrentar a la dictadura de Trujillo en República Dominicana, Fidel Castro dejaba clara su vocación internacionalista.

Al año siguiente, sorprendido por los acontecimientos en la capital colombiana, no dudó en contarse entre quienes defendían el legado de Jorge Eliécer Gaitán.

Más tarde, ya desde el poder revolucionario, impulso la ayuda militar y civil a decenas en países sin pedir nada a cambio. Desde Argelia hasta Angola, pasando por el Congo y Bolivia, los cubanos dejaron esfuerzo y sangre en esas tierras para, como pedía el líder, saldar nuestra deuda con la Humanidad.

Después, en un nuevo contexto, Fidel desplegó por medio mundo lo que calificó como un ejército de batas blancas.

Hoy, Cuba es reconocida por tirios y troyanos como una nación generosa que transita el camino de Fidel Castro, el internacionalista.