La Habana, Cuba. – Veintisiete años de cárcel soportó Nelson Mandela, el patriota sudafricano que dedicó su vida a luchar por la eliminación del Apartheid.

Abogado, político y filántropo, Madiba, como se le conocía popularmente, se incorporó desde muy joven a las filas del Congreso Nacional Africano, y recorrió su país instando a su pueblo a combatir las injusticias de un régimen discriminador y abusivo.

Sentenciado a cadena perpetua, parte de la cual estuvo en confinamiento solitario en la isla de Robben, Mandela mantuvo su indoblegable fe en un futuro mejor para Sudáfrica, y cuando fue liberado finalmente en 1990, ya el ejército sudafricano había sido derrotado y comenzaba el fin del Apartheid.

La heroica actitud de este incansable activista, lo convirtió en un símbolo que trascendió las fronteras de su nación e inspiró el combate por la libertad en muchas partes del planeta.

Primer mandatario negro de Sudáfrica

Además de ser el primer mandatario negro que encabezó el poder ejecutivo, Mandela fue también el primer presidente electo por sufragio universal en Sudáfrica.

El pueblo cubano recuerda su amplia sonrisa al abrazar a Fidel, cuando visitó nuestro país en 1991. Mandela también sobresalió por sus esfuerzos para poner fin a varios conflictos en el continente africano, y con toda justicia recibió, en 1993, el Premio Nobel de la Paz.

Dignidad y nobleza caracterizaron a este hombre, para quien siempre fue un objetivo primordial la reconciliación de los sudafricanos.

Ya retirado de la política, prosiguió su incansable labor social, como lo demuestran su atención a los niños y su campaña a favor de la lucha contra el SIDA.