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Por: Roger Ricardo Luís.

Desde 1987, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió identificar cada 26 de junio como Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.

Sin embargo, a ese loable esfuerzo le sigue faltando el abordaje crítico y sistemático del papel que desempeña la exhibición de las producciones televisuales de ficción dedicadas al tema en cuestión.

series guardan también estrecha relación con los cerca de 300 millones de personas que consumieron drogas el pasado año y los 40 millones que padecen trastornos por su uso, según los últimos datos de Naciones Unidas.

La gravedad de las narconovelas y similares reside en que se han convertido en una velada o abierta apología cotidiana de una subcultura delincuencial, destinada a marcar el territorio simbólico de la narcoexistencia como modo de viva exitosa.

Narco y pobreza

El narcotráfico como núcleo de las narconovelas debe ser recogido y estudiado para entender que su presencia es un asunto cultural, político, económico, afirman expertos.

Esos programas convierten en atractivas a las bandas, y es especialmente peligroso para la gente pobre porque de alguna manera crean referentes de vida, comentó Ana Cervera, analista ecuatoriana del tema.

La experta contó que en un remoto poblado colombiano fronterizo con su país, al entrar en el bar de la localidad, lo primero que vio fue una foto de Pablo Escobar, mientras los parroquianos estaban atentos a la narconovela de turno en la televisión.

Ana Cervera, al buscar la explicación tras cotejar los resultados del estudio de campo realizado allí, concluyó que la comunidad estaba permeada por el tráfico de drogas, el 80 % por ciento de jóvenes sin trabajo y el narco aparecía como la única esperanza de vida.

Pensar en Narco

Para el crítico de televisión colombiano, Omar Rincón, el consumo de narconovelas puede ser adictivo y dejar una suerte de lesión cerebral, pues aunque no se sea narcotraficante, puede llegarse a pensar como tal.

El punto negro está en la ética, la formación de valores y la memoria histórica; Rincón afirma que sus relatos celebran los métodos paralegales de ascender, la compra de privilegios y placeres, el crimen y la moral de billete que mata cabeza.

Otro estudioso, Jesús Martín Barbero, dice: En Colombia, la telenovela cuenta más país que los noticieros. A ella le corresponde un trabajo muy duro: reflejar los momentos simbólicos y afectivos del país.

Omar Rincón y Jesús Martín Barbero sostienen que la narcotelenovela marca rating, polémica y hasta la identidad nacional; lo peligroso es quedarse solo en emitir las series y no pasar a la reflexión sobre ellas.

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