La Habana, Cuba. – Con 12 años de diferencia, República Dominicana albergó otra edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1986.
En esa ocasión, Santiago de los Caballeros fue la sede principal, aunque por vez primera dos naciones organizaron otras disciplinas de manera simultánea. Cuba recibió a los espadachines, mientras a México fueron los remeros y las selecciones de hockey sobre césped.
Hacia tierras quisqueyanas se movilizaron 26 naciones, y la Organización Deportiva Regional celebró su cónclave cuatrienal donde se reconoció la fortaleza de estas justas.
El crecimiento de los títulos en disputa, de las disciplinas en competencia y del número de atletas —llegaron hasta casi 3 mil—, evidenció que el XV capítulo de estos certámenes se festejaba con metas superiores.
La gran figura: Claudia Poll
Lo más atractivo de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe en Santiago de los Caballeros estuvo, sin dudas, en las piscinas.
Allí, una ondina costarricense, Claudia Poll, no se cansó de ganar medallas y aportó para su país 10 doradas, todo un récord para cualquier cita multideportiva del mundo. Dos años después, Poll escalaría el podio olímpico y se convertiría en una de las figuras cumbres de todos los tiempos para su nación y América.
La victoria por quinta ocasión consecutiva en la tabla de medallas confirmó a Cuba como la gran potencia del área. En esta edición nos quedamos a un solo título de los 300 en la historia de estas justas, con una notable diferencia sobre el más cercano perseguidor: México.
Sería precisamente ese país el organizador por tercera ocasión de unos Juegos en 1990.