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La Habana, Cuba. Hay una lengua espléndida que vibra en las cuerdas de la melodía y se habla con los movimientos del corazón: la música. Y con ese idioma especial al que hace referencia nuestro José Martí, Musipeke siembra amor y conocimientos en los niños.

Fue el período de confinamiento por la Covid-19 el estímulo a la imaginación de Miladis Caballero Vidal para crear este proyecto, con apoyo de su familia y algunos músicos.

Pensaba en los niños que estaban en casa, en su necesidad de socializar y en cómo la música era el vehículo de excelencia para hacerlo, comenta Miladis a Radio Reloj. Poco a poco, las ideas se concretaron en dos talleres de estimulación musical para niños de 2 a 5 años, y dos de iniciación musical para niños de 5 a 10 años.

Desde enero hasta la fecha, se han realizado dos ediciones de los talleres, cada una con 12 frecuencias, en las que se trabajan los medios expresivos de la música a través de dinámicas y juegos.

Aprender jugando

La pianista Lianne Vega fue la primera en sumarse a Musipeke, precisa Miladis Caballero Vidal, al frente del proyecto. Luego se incorporaron el percusionista Reinaldo Ponce; Olivia Ortega, de la Schola Cantorum Coralina; y la trecera Enid Rosales. También, la contrabajista Olivia Rodríguez y el percusionista Alejandro Aguiar simultanean las labores de producción en Musipeke con la enseñanza.

Los músicos devenidos «profes» reciben a los niños con una canción; luego, con ritmos y rimas, los pequeños se presentan, explica Miladis sobre los diferentes momentos de los talleres.

A través de cuentos y medios de enseñanza, creados con material reciclado, trabajan las notas e instrumentos musicales, y realizan otras dinámicas de juego en las que también participan los padres.

Para concluir, se estimula con manualidades a los niños por el trabajo realizado; en tanto, cantos, bailes y risas acompañan la despedida.

Puntualiza Miladis que la frecuencia número 12 de los talleres de Musipeke constituye una actividad de presentación, llamada Aprendiendo a ser artista. En ella, los niños demuestran lo que han logrado aprender en los encuentros.

Precisamente, el viernes, 26 de agosto, a las 2:00 pm, tendrá lugar en la Casa del Alba Cultural, la presentación que cierra la segunda edición de los talleres.  Y próximamente se anunciará la convocatoria para la siguiente edición, prevista para iniciar en el mes de septiembre.

El cambio espiritual que propicia la música

Paralelo a los talleres de cada sábado, Musipeke llega hasta círculos infantiles y barrios de la capital, en coordinación con las Casas de Cultura de los diferentes municipios.

Comenta Midalis Caballero Vidal que en esas experiencias han surgido otras ideas, dado el carácter inclusivo del proyecto, para trabajar con gestantes y niños con condiciones especiales.

Nuestros talleres no son para niños con habilidades para la música, sino para todos los niños, enfatiza. Si los pequeños tienen aptitudes para la música, las desarrollan, y si no las tienen, pues sus capacidades comienzan a moverse en ese sentido.

Y precisamente en ello radica el valor de Musipeke, según explican los profesores Olivia Rodríguez y Alejandro Aguiar; en desarrollar habilidades y contribuir al cambio espiritual que propicia la música.

Aseguran que es una labor compleja, que implica estudio y preparación, como si fuesen a tocar en un concierto. Es difícil vincular las cuestiones teóricas con el juego, captar la atención de los pequeños y hacer que todo resulte; pero el abrazo espontáneo de los niños después de cada encuentro, hace que el esfuerzo valga pena.