El Instituto Europeo de Hidratación alertó sobre la importancia de tomar abundantes líquidos durante los meses de verano, para evitar que se produzcan calambres o golpes de calor y ello conlleve a una posible hospitalización.
En un comunicado recuerda que un adulto que vive en un clima de temperaturas moderadas pierde unos 2 litros de agua al día a través de la respiración, el sudor, la orina y otras secreciones del cuerpo.
En verano esa cantidad se llega a duplicar, lo que puede suponer un problema importante si no se previene la pérdida. «Es importante estar correctamente hidratado a lo largo del día e ingerir los suficientes líquidos y alimentos.
No debemos olvidar que un 70 a 80 por ciento del agua que consumimos viene de las bebidas, mientras que el resto proviene de lo que comemos», señalan expertos de la Fundación.
Principales síntomas
La sed es el signo más evidente de la deshidratación, pero puede sentirse cansancio, palpitaciones al aumentar el ritmo cardiaco y subida de la temperatura corporal al disminuir el flujo sanguíneo a la piel y del sudor.
Estos síntomas pueden ser leves, entre ellos la sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos y sensación de cansancio; moderados, como sequedad en la boca, lentitud en los movimientos, ritmo cardiaco acelerado y falta de elasticidad de la piel; y graves, cuando hay sed extrema, falta de orina, respiración agitada, alteración del estado mental y piel fría y húmeda.
La deshidratación severa es potencialmente mortal y supone una emergencia médica. Tales síntomas deben ser vigilados, especialmente en niños, personas mayores, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, enfermos crónicos o aquellos que toman medicamentos que aumentan el riesgo de deshidratación.
Medidas importantes
Cuando se incrementan las temperaturas en el verano, aumenta el riesgo de deshidratación.
El Instituto Europeo de Hidratación aconseja evitar salir a la calle durante las horas más calurosas del día, protegerse la cabeza del Sol, llevar ropa ligera, reducir la intensidad y duración de los ejercicios, cerrar las persianas durante el día y pedir consejo acerca de cualquier medicamento que se esté tomando, especialmente si aumentan el riesgo de deshidratación.
Por otra parte, recuerda la necesidad de controlar el peso, de reconocer los signos de deshidratación y los golpes de calor que producen dolores de cabeza o fatiga.
Otras medidas son ingerir líquidos aunque no se tenga sed, comer alimentos que sean ricos en agua como las frutas y verduras, las cuales tienen de un 80 a un 90 por ciento de agua, y evitar la ingestión de alcohol.