Por: Gardenia Companioni
El Taller Experimental de Gráfica se estableció en 1962 en el Callejón del Chorro, junto a la Plaza de la Catedral. Su antecedente estuvo dado por los grabados que se originaron en Cuba en el siglo XVIII, cuando se comenzaron a realizar ilustraciones de santos, escenas bíblicas y escudos herádicos, lo cual se enriqueció en el siglo posterior con numerosas estampas costumbristas, álbumes de viaje y las originales y vistosas vitolas de los puros.
En 1959 el grabado se convirtió en asignatura obligatoria del sistema educativo cubano. Sus principales promotores, el artista cubano Orlando Suárez y del pintor chileno José Venturelli, habilitaron ese taller a partir del reciclaje de piedras y maquinarias de impresión desechadas por la antigua Compañía Litográfica de La Habana.
Difusor del grabado contemporáneo
El grupo fundador del Taller Experimental de Gráfica contó con unos 10 artistas y con el tecnicismo de los maestros litógrafos Amable Mouriño e Israel de la Hoya.
Bajo la dirección de José Contino, en sus inicios el taller se centró en proyectos artísticos y por él han pasado los grabadores más importantes de país, que han llevado un intenso trabajo de creación y experimentación, factor crucial en el impulso experimentado por el arte del grabado en la Cuba actual.
La entidad ofrece cursos intensivos para aprender la técnica del grabado en madera y metal y la litografía tradicional.
En su piso superior, se encuentra la Galería del Grabado, espacio expositivo para promover y comercializar magníficas obras originales de los maestros y alumnos de los cursos del centro.