La Habana, Cuba. – Sandy, Katrina, Wilma… Todos conocemos los nombres de huracanes que en los últimos años han causado daños materiales y personales muy graves en América. Pero llama mucho la atención el hecho de que ellos tengan nombre de personas.

Antiguamente, en Estados Unidos a los huracanes se les llamaba por las coordenadas geográficas (latitud y longitud) en que se originaban; el resultado era un nombre que muchas veces generaba una gran confusión, sobre todo si coincidían varios huracanes al mismo tiempo.

Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando los soldados estadounidenses empezaron a darles nombres de mujer a los huracanes, del mismo modo que hacían los marinos del Caribe con sus barcos.

En 1953, el Servicio Nacional de Meteorología adoptó la práctica de bautizar a los huracanes con nombres de mujer, y años más tarde también se empezaron a utilizar los de hombre.