Científicos estadounidenses crearon un método de recolección de agua en el desierto, inspirados en la capacidad de plantas e insectos adaptados a vivir con acceso limitado al líquido.
Los científicos, liderados por Bharat Bhushan, de la Universidad de Ohio State, estudiaron a cactus, escarabajos y hierbas del desierto, que recogen agua condensada de la niebla nocturna y la filtran a las raíces o reservorios, lo cual les proporciona suficiente hidratación para sobrevivir.
En los experimentos descubrieron que las superficies ranuradas movían el agua más rápidamente, permitiendo la acumulación aproximadamente del doble de agua, al comparar con las que no tenían ranuras.
Según Bhushan, el equipo distinguió cómo en una estructura que incluía múltiples conos el agua se acumulaba más, porque las gotas podían unirse; y aunque el estudio se realizó en laboratorio, el experto prevé que la investigación se amplíe.