La Habana, Cuba. – Durante su vida de 46 años, Luis Lara Yera se dedicó a los oficios de la agricultura; venido de familia pobre, abrazó la Revolución desde 1958, sirviendo de enlace a las tropas de Lázaro Artola.

Después del triunfo, descubrió letras y números en la Campaña de Alfabetización, trabajó en la Sociedad Agropecuaria de Charco Azul Arriba y construía una vida sencilla con su esposa y 7 hijos.

El 20 de enero de 1963, salía de su casa con un fusil para cumplir con una guardia y la banda de Jesús Ramón Real Hernández, conocida como la banda de Realito, lo asesinó; luego, quemó la tienda del pueblo de Charco Azul.

Luis Lara Yera descansa en el cementerio de Cumanayagua, en el Panteón de los Mártires, junto a la pléyade de héroes de la zona que dieron su vida en la Lucha Contra Bandidos en El Escambray.

Enero de 1963

La tercera y última etapa de la Lucha Contra Bandidos se inserta el año 1963. En enero, mes en que asesinaron a Luis Lara Yera, fue capturada la banda de Porfirio Guillén, momento que se considera el principio del fin del bandidismo en el Escambray.

Sin embargo, fue un mes en el que los alzados continuaron asesinando a campesinos como Ernesto Ramos Palacios, Oliverio Marín Valdivia, José González Basso y Fermín Alonso Perera, estos últimos, administrativos de la granja Wilfredo Cabrera, de Sierra Alta.

El 25 de enero de 1963, cuarenta bandidos atacaron el batey de la granja de Polo Viejo, dieron muerte a Fermín Lubín Vizcaya y Eustaquio Calzada Ponce y quemaron una escuela y la casa de 7 campesinos; dos jóvenes, un anciano, una mujer y un niño defendieron el cuartel de Milicias.