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La Habana, Cuba. – Pocos seres humanos pueden asegurar que son los mejores en algo. Esa sana vanidad queda reservada para los recordistas, sobre todo en actividades de tiempo y marca. Si además de eso pasan 30 años viendo como nadie rompe esa marca, pues la historia se engrandece.

En Cuba contamos con uno de esos hombres. Nacido en Limonar, donde le decían El Tigre, Javier Sotomayor se convirtió el 27 de julio de 1993 en la persona que más cerca ha estado del cielo por esfuerzo físico, de ahí el sobrenombre de Hombre Cielo.

El Soto, como cariñosamente le dicen todos, sigue siendo natural, sencillo, y la marca universal de 2 metros y 45 centímetros parece eterna.

El pasado jueves, la Embajada Española en La Habana le rindió un homenaje como quiera que el escenario de dos de sus marcas universales fueran en Salamanca, España.

Recuerdos y vivencias

Después de 30 años de implantar el récord mundial, Javier Sotomayor es claro en su pensamiento sobre si algún día pueda ser rota esa marca. «Imposible no hay nada, pero soy consciente que los récords se hacen para batirse.

No sé si en 5 o 10 años más, o en qué tiempo sucederá, pero alguien lo va a superar«, señaló el matancero. Al recordar aquel 27 de julio de 1993 comentó que se sentía muy bien física y mentalmente.

Había tenido una temporada en que se sentía muy seguro de que podía romper el récord mundial. En las competencias antes de ese día estaba muy bien.

Dos semanas más tarde fue al campeonato del mundo e hizo el mejor salto de su vida, aunque sin récord. «Si ves las fotos y por los estudios biomecánicos muchos aseguran que puse el centro de gravedad en 2 metros y 50 centímetros”, dijo Sotomayor.