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La historia de la actual Isla de la Juventud se remonta a la época en que el Almirante Cristóbal Colón hizo su segundo viaje a estas tierras, que estimó haber descubierto.

En aquel entonces los habitantes de ese territorio le llamaban Ahao, Camaraco o Siguanea, pero Colón la denominó La Evangelista, cuando la vio por vez primera el día 13 de junio del año 1494.

Luego, el Adelantado Don Diego Velázquez la bautizó como Santiago y se le ha conocido también como Santa María, San Pauli, Colonia de la Reina Amalia e Isla de Pinos, nombre con el que aún aparece en los mapas desde el año 1520.

Algunos autores han popularizado otros apelativos a la actual Isla de la Juventud, entre ellos Isla del Tesoro, Isla de las Cotorras, Isla de los Piratas, la Siberia de Cuba y también la Isla Olvidada.