Para muchas familias la entrada de sus hijos a la universidad es un sueño abrazado a través de los años. La próxima semana comienzan las pruebas de ingreso para el venidero curso, momento sin dudas tenso y para el cual se preparan los jóvenes con antelación.
Y es que, si bien no es preciso aprobar esos exámenes para tener acceso, si marcan la diferencia, porque sirven para ordenar la entrega bajo el concepto de mejor derecho. Se trata de 113 licenciaturas y 65 programas de técnico superior.
El plan de este año oferta más de 100 mil plazas en los tres tipos de curso: Regular Diurno, Por Encuentros y A Distancia; por lo que numéricamente hay oportunidades para todos, pero quien más se esforzó estará más cerca de la especialidad deseada, pues se realizan tres otorgamientos: el primero para los que aprueben, el segundo para los que desaprueben y el tercero para los que no se presentaron.
Sin muchas novedades
El proceso de otorgamiento de las plazas para acceder a la Educación Superior es sólido y se repite cada año. Los directivos aseguran que es transparente, con rigor y disciplina, y así lo reconocen cada año los estudiantes que participan.
Sin embargo, permitir la entrada a la universidad a quienes no aprueban los exámenes de ingreso es un cambio que, aunque tiene ya varios años de establecido, marca una diferencia.
Al respecto Deysi Fraga Cedré, Directora General de Pregrado del Ministerio de Educación Superior, explicó que el hecho de que se permita el acceso a la universidad a aquellos jóvenes que no han aprobado los exámenes de ingreso, no viola ninguna norma, pues el requisito fundamental es tener el 12 grado aprobado como nivel escolar precedente. Lo que se busca, precisó, es que cada día sean más los que se gradúan en nuestras universidades.