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La Habana, Cuba. – El 6 de agosto de 1895 nació en Guanabacoa un músico de trascendencia universal. Compositor, pianista y director de orquesta, Ernesto Lecuona Casado está catalogado como una de las figuras cimeras de la cultura musical iberoamericana, y su legado artístico lo convirtió en el músico más difundido en todo el mundo.

Sus temas se caracterizan por la belleza y el carácter íntimo y nostálgico de melodías auténticamente cubanas devenidas universales.

La vida profesional de Ernesto Lecuona está unida al desarrollo de un periodo decisivo de la historia musical de Cuba.

La diversidad y prodigalidad de hechos que coronaron su carrera artística permiten enmarcarlo como una personalidad multifacética y abarcadora en el contexto de la creación musical.

Música de relieve universal

Con Ernesto Lecuona la música cubana alcanzó relieve universal, pues su obra es una de las más prolíferas de la historia musical nacional y abarcó todas las expresiones de la cancionística.

Desde las variantes más populares hasta las más estilizadas, en la esfera del teatro musical compuso obras representativas de todos los géneros, incluyendo la revista, el sainete, la zarzuela, la opereta y la ópera.

Las obras para piano de Lecuona se insertan dentro de la producción más representativa de la pianística nacional y se desarrolló en diversas vertientes. El músico abordó también, aunque con menor intensidad, la música instrumental sinfónica y de cámara.

Pianista de reconocida valía, su obra quedó plasmada en la memoria de sus grandes conciertos y grabaciones. Reconocida, por demás, por músicos foráneos de talla universal.

Cubano y universal

Una considerable parte de la producción musical de Ernesto Lecuona se inscribe por su estructuración y lenguaje dentro de un estilo hispánico, al cual están consagradas obras que adquirieron trascendencia mundial como su Suite Andalucía, Ante el Escorial y La malagueña.

Compuso también Rosa la china, Siboney, Damisela encantadora, La comparsa, Se fue, Mariposa, María la O, Siempre en mi corazón y tantísimas más que resultan inolvidables.

Su nombre está ligado al desarrollo de las grabaciones discográficas hechas por músicos del patio y a la creación de la Orquesta Sinfónica de La Habana.

Decir Ernesto Lecuona es mencionar a una leyenda de nuestro pentagrama, un músico que dejó su sello de cubanía y su alma en toda su vasta creación. Un compositor profundamente cubano y universal.

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