La Habana, Cuba. – ¿Por qué festeja el cubano? ¿Por qué se alegra y celebra? Vivir más de medio siglo erguido en una trinchera frente a enemigos rabiosos en un cerco que se estrecha, enseña a vencer el tedio y a derrotar la tristeza.
Un pueblo que ha soportado privaciones y pobrezas deslumbrando al mundo entero con hazañas y proezas, aprende el canto y la risa sin menguar su resistencia.
Pero no somos troyanos que en la euforia de una tregua creyeron que el enemigo ponía fin a la guerra y los sorprendió dormidos un caballo de madera.
Somos un pueblo invencible, habituado a la pelea desde Hatuey a Demajagua, desde Baraguá a la Sierra, que ha labrado su futuro en un presente de alertas. Y es fuente de nuestro júbilo ante el porvenir que espera ver que es perpetua la obra y que la patria es eterna.