La Habana, Cuba. – La amistad es un refugio que la bondad nos prodiga, pues solo las almas buenas saben ser fieles amigas.
Encontrar un buen amigo es más que hallar una mina; es descubrir mundos nuevos o fundar una familia: la verdadera amistad no se acaba con la vida, se hereda como una joya, se prolonga sin medida.
En los tiempos que vivimos parece que se aproxima el final de la existencia, y la gente embrutecida solo busca complacerse y piensa con la barriga; el otro no le preocupa, se interesa por sí misma, su necesidad lo empuja, su inmediatez lo domina, y alrededor de su ombligo todos los planetas giran.
Amistad es compromiso, obligación, simpatía; ser uno mismo en el otro porque el otro te duplica, y siendo a la vez tu doble, él mismo es quien se replica. ¿Qué acaba con la amistad? El engaño y la mentira, porque el que engaña traiciona, y mentir es felonía.