La Habana, Cuba. – Más macho que Machadito, más varón que Baronía, viene agitando los brazos cuando en público camina, igual que aquellos molinos que Don Quijote veía transformados en gigantes por su insana fantasía.
Chapurrea las palabras entre la lengua y la encía, y su jerga carcelaria tiene acentos de jauría, pues más parece que ladra su vulgar palabrería.
Ahora resulta que es líder y anda en politiquería, y a pesar de su ignorancia se llama a sí mismo artita, como si el arte naciera de robo y trapalería, de la vagancia y la estafa, del engaño y la mentira.
Basta ya de hacerte el bárbaro, porque ni en la barbería das el corte necesario; y deja la guapería, basta de hacerte el remacho de la heráldica política, porque hasta al plátano macho lo fríen de mariquita.