Compartir

La Habana, Cuba.  El 2 de enero de aquel histórico año 1959 y tal como lo había anunciado, Fidel salió de Santiago de Cuba al frente de la gran Caravana de la Libertad.

El entusiasmo popular era inmenso y desbordado al paso de las columnas rebeldes por provincias y ciudades. Lo aclamaba el entusiasmo inmenso de un pueblo alegre, feliz del triunfo revolucionario.

Y aunque la reacción militar y la anarquía amenazaban a la naciente Revolución, con la estrategia y la serena energía de Fidel, su máximo líder, así como con la rápida marcha de las columnas del Che y Camilo hacia La Cabaña y Columbia, y el llamado a la Huelga General, se pudo derrotar la amenaza y consolidar la victoria.

Hasta el 8 de enero de su entrada a La Habana, la caravana recorrió el país.

Última parada

Una marea enardecida de pueblo jubiloso repetía en pueblos y ciudades el mismo nombre: ¡Fidel, Fidel! El protagonista conocido de aquel triunfo.

Los barbudos habían dejado atrás sus trincheras en la Sierra Maestra y en otros bastiones de lucha  contra el dictador Fulgencio Batista, para marchar por  las diferentes ciudades en una ruta de más de mil kilómetros en histórica caravana, que tomaba el nombre de libertad, alusivo a su marcha triunfal desde Santiago hasta La Habana.

El arribo a la capital se produjo cercano a las 2 y media de la tarde del jueves 8 de enero. Una Habana engalanada de pueblo los recibió en esta última parada, tras esperas de horas y horas.

La multitud, vestida de verde olivo y rojinegro, aclamaba a los héroes, gozosa de tenerlos cerca, de vislumbrar los rostros que habían hecho su parte en la historia cubana.

Palabras premonitorias

Tras la entrada de la Caravana en la otrora fortaleza militar de Columbia, se escuchó la voz de Fidel, que aquel día, con Camilo al lado, pronunció uno de sus más trascendentales discursos.

Un polígono repleto y toda Cuba lo escuchó durante horas. Fue premonitorio cuando dijo que el pueblo había ganado la guerra y tenía que prepararse para ganar la paz y conquistar el porvenir.

Indicó entonces Fidel, sabedor de su compromiso, que “más grande es nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba”.

A 65 años de la histórica fecha, reeditada cada año siguiendo la ruta tomada por Fidel y el triunfante Ejército Rebelde desde Santiago de Cuba hasta La Habana, la tradición rememora la victoria y el camino seguido en caravana de jóvenes y niños.