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Sus obras profesionales han generado simbolismo e influencia en el mundo radiofónico cubano; al nombrar a los bayameses Terencio y Víctor Montero y al manzanillero Ernesto Martínez, las audiencias y los expertos aplauden y elogian.

Han sido personalidades cumbres en la locución, dirección, asesoramiento y guionistas de programas variados, informativos y culturales de emisoras de radio granmenses y nacionales.

A Terencio Urbano Montero Pacheco, por su dilata y emocional presencia ante los micrófonos, se le reconoce como El Decano de la narración deportiva cubana. A Evo Eón Montero Mendoza, denominación secular que cambió por el seudónimo artístico de Víctor, se le atribuye el gran calificativo de Maestro. Y a Tomás Ernesto Martínez Robles le distinguen como profesor de profesores.

Por sus aportes y pasiones al medio sonoro, los tres fueron exaltados con el premio nacional de Radio.

Virtudes premiadas

Cuando la radio en Cuba se convirtió en imprescindible elemento cultural, recreativo y noticioso, el singular bayames Terencio Montero Pacheco ya estaba entre sus orfebres.

Determinó que en lo adelante se vincularía a la producción de aquellos sonidos que llegaban a los hogares urbanos y rurales a través de ondas hertzianas en amplitud modulada. E hizo mucho, sobre todo en la narración beisbolera. Su primo, el notable intelectual Víctor Montero Mendoza, sentó cátedra como pedagogo, radialista y escritor.

Su visión martiana, humanista y musical, con su aguda voz, fue grabada por más de 50 años en centenares de cintas magnetofónicas. Ernesto Martínez Robles ha departido con lo más encumbrado del ambiente técnico-artístico y periodístico de la Nación.

Nacido en tierras de locutores sagaces y convincentes, su obra profesional ha impactado enormemente en la sociedad manzanillera.

Triada honorable

Desde que se instituyó el Premio nacional de Radio en Cuba, 91 realizadores han recibido tan alto reconocimiento al arte y la técnica sonoros; entre ellos, tres granmenses: Terencio y Víctor Montero, y Ernesto Martínez.

Con el galardón se exaltó al creador que es referente social, indicó el profesor, escritor y director de programas, Manuel Jorge Ross Suárez. Los oyentes estiman que Terencio fue eficaz y jocoso; en sus narraciones deportivas se suscitaron diálogos con “Pachi” Espinosa que se convirtieron en anécdotas satíricas.

Como aquella en que el veterano le sugería al joven: “cógelas de abajo que están más frías”. Terencio juró que eran dulces naranjas dentro de un balde.

Víctor fue comunicador metódico, vehemente e ilustrativo. Tomás Ernesto, es una voz siempre aclamada por el magnífico, que es el oyente. La triada, sin dudas, seductora y hábil.