En la Revista Semanal hoy recordamos a Raúl Roa García, un hombre que dejó una profunda huella en la Historia de Cuba. Su destacado accionar comenzó en la Universidad de La Habana, de la que dijo años después, que ahí descubrió, que se sentía disconforme con el mundo restante.”

En ese lugar conoció a Julio Antonio Mella, aquel joven de mirada resuelta y brillante,quien fue un ejemplo para su generación. Roa concluyó sus estudios de Derecho en la Universidad de La Habana, donde fue Profesor Titular y Decano de esa Facultad.

De él, dijo el destacado cronista Ambrosio Fornet, que a lo largo de su vida Roa fue escritor, ensayista, ministro, polemista de oficio y poeta, además de  protagonista y testigo excepcional del movimiento revolucionario en la década de los años 30 del siglo pasado.

Raúl Roa y el retorno a la alborada

Luego del golpe de estado de Fulgencio Batista, en marzo del año 52, el doctor Raúl Roa se fue al exilio con su familia y solo volvió a Cuba, cuando fue concedida la amnistía a los asaltantes al Moncada. Al triunfar la Revolución, en enero del 59, Roa estaba en plena madurez, por lo que puede afirmarse, que tenía los bríos de cuando integró la Liga Antiimperialista y el Directorio Estudiantil Universitario del año 30. El Gobierno Revolucionario le nombró delegado ante organismos internacionales y el 11 de junio del 59, lo designarían Ministro de Relaciones Exteriores. Desde ese cargo Raúl Roa libró grandes batallas a favor de Cuba, pues para él,  ese momento fue como volver al inicio de su vida revolucionaria, 30 años atrás: un verdadero Retorno a la Alborada.

 

Raúl Roa, el canciller de la dignidad

Durante los años en que Raúl Roa libró importantes batallas diplomáticas frente a los representantes del imperialismo yanqui, con su verbo elocuente y mordaz, dejó en vilo a quienes trataron de menoscabar la soberanía de Cuba.

Por su destacada labor en esos foros, desde entonces, el pueblo le reconoció como el Canciller de la Dignidad. Su viuda, Ada Kourí, dijo de Roa que: una de las cosas que más le conmovía, era servir a la Revolución, desde un puesto cimero, y siempre lo vio orgulloso por la confianza que Fidel puso en él”.

En el sepelio de Raúl Roa, el intelectual Armando Hart destacó que éste supo interpretar de forma cabal, la línea y la posición de Fidel. A la despedida del duelo asistieron el Comandante en Jefe, Fidel Castro, y el General de Ejército, Raúl Castro. Fue un trabajo de Matilde Salas Servando.

 

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