Nacido en el seno de una ilustre y acaudalada familia, el 18 de febrero de 1818, en Bayamo, al que luego cursaría estudios en los mejores colegios de su ciudad, de Cuba, e incluso, en España, podría haberle bastado vivir holgadamente con su esposa e hijos.
Perucho Figueredo estudió violín y piano; se graduó de bachiller en Filosofía y en Derecho, en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana; y cursó estudios en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Central de Madrid, hasta recibir el título de Abogado.
Casado ya, en 1848, sería nombrado Alcalde segundo de Bayamo y asumiría la responsabilidad de administrar las propiedades de su padre. Su suerte, sin embargo, la echaría al lado de Carlos Manuel de Céspedes.
Por la independencia, la vida
Perucho Figueredo se alió a Carlos Manuel de Céspedes muy joven, cuando el que luego sería el Padre de la Patria arremetió contra quienes se reían del fracaso de la invasión a Cuba de Narciso López.
Muy pronto comenzó sus actividades en contra del colonialismo, que lo llevaron a fundar periódicos, a protestar contra las adversidades del gobierno español y a formar parte del Comité Revolucionario de Bayamo.
A instancias de este compuso la música de La Bayamesa, cuya letra habría de escribir al fragor del júbilo por la toma de su ciudad natal.
Perucho Figueredo fue uno de los principales organizadores de la Guerra de los 10 años y a los dos días del Grito de Yara convirtió su ingenio en cuartel militar, constituyó su destacamento y, como buen bayamés, corrió al combate.
Hubiera podido vivir holgadamente. Pero dio la vida por la libertad de Cuba.