En el municipio habanero de Santa Fe, nació el 3 de julio de 1915 el lugarteniente del yate Granma, Juan Manuel Márquez Rodríguez.
Quedó en la historia como el último de los expedicionarios muertos, luego del deambular por la ciénaga, la dispersión en el combate de Alegría de Pío y los días en solitario por cañaverales y parajes del sur oriental.
Acosado por el hambre y la sed, sin encontrar el rumbo hacia la Sierra Maestra, el quince de diciembre de mil novecientos cincuenta y seis, en la finca La Norma, una delación puso fin a la vida del concejal y presidente de la Asamblea del Partido del Pueblo Cubano en Marianao.
En el Granma, Juan Manuel Márquez vino como capitán y segundo jefe de la expedición; había dicho: “Espero con tanta ansiedad como el que más, la hora de rendir a mi patria la proporción de sacrificio que me corresponda”.
El duro oficio de conquistar libertades
Fecundos fueron los cuarenta y un años de Juan Manuel Márquez Rodríguez, compañero de Fidel en la organización del Movimiento 26 de Julio en el exilio; en el yate Granma era el de mayor edad entre los 82 combatientes.
Una faceta intensa de su juventud fue la de fundar del periódico Catapulta, donde transmitió su pensamiento político; en él escribió: “No abandonaremos nuestra pluma mientras No obtengamos la realización del programa revolucionario que nos impusimos al principio de la lucha”.
En el semanario marianense El Sol, expuso en el artículo Banderas a media asta que Cuba dejó de ser colonia española para convertirse en una factoría del imperialismo yanqui, denunciando la posición del gobernante de turno. Juan Manuel Márquez, patriota insigne de Marianao, expresó: “Esto de conquistar libertades es un duro oficio.