La Habana, Cuba. Fue en La Habana, el 15 de junio de 1958, Día de los Padres: las hermanas Cristina Alicia y María de Lourdes Giralt Andreu venían de Cienfuegos, la ciudad natal, y en la noche llegaron al edificio del Vedado, donde vivían.

No pudieron entrar, la refriega desde el apartamento fue lluvia pavorosa; Cristina, la hermana mayor, recibió nueve impactos, y María de Lourdes, 13.

Frustrado el atentado contra un ex ministro de Gobernación y senador batistiano, fraguado por el Directorio Revolucionario en el departamento contiguo al de las Giralt Andreu, estas fueron, por error, las víctimas de los sicarios.

Cristina y Maruca pertenecían al Movimiento de Resistencia Cívica, contribuían en recogidas de dinero, medicamentos, ropas, detonadores y piezas de armas para el Frente Guerrillero y apoyaron la Huelga del 9 de Abril en Sagua la Grande.

Retrato cotidiano

Trabajadoras de las oficinas de la Concretera Nacional, hoy sede del Ministerio de Comercio Exterior, y activas luchadoras en la Resistencia Cívica, fueron las hermanas Cristina Alicia y María de Lourdes Giralt Andreu.

Cristina había sido dirigente de la Juventud Católica, estudió mecanografía y taquigrafía y se tituló Maestra Hogarista; María de Lourdes se preparó como mecanógrafa y taquígrafa y se graduó de Comercio y Secretariado.

En un retrato cotidiano, dicen que Cristina era reservada, hogareña, y le entusiasmaban las recetas de cocina, los juegos de cartas, pintar, decorar la casa y bordar; María de Lourdes hacía chistes, amaba la música y la fotografía y cuando se graduó, daba vueltas frente al espejo con el vestido nuevo.

DoS seres humanos diferentes en carácter, pero con igual pasión por la causa revolucionaria: de las hermanas Giralt Andreu, el ejemplo.

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