La Habana, Cuba. – De una a otra persona se oyó en las calles santiagueras la frase: “Han matado a Frank”; primero hubo estupor y luego el luto del pueblo se vistió de indignación.

Fue el 30 de julio de 1957 cuando asesinaron en la Calle del Muro a Frank País García, el jefe de Acción del Movimiento 26 de Julio, el líder de inagotable capacidad para la organización y el combate.

Junto con él, los sicarios de Fulgencio Batista ultimaron al revolucionario Raúl Pujols Arencibia quien, momentos antes del ruedo de muerte, había dicho que con su vida respondería por la de Frank País.

Vestido el cuerpo con el uniforme verde olivo y el brazalete negro y rojo del Movimiento, el sepelio fue una muestra de convocatoria masiva, y tras el asesinato del líder se levantó una huelga general en Cuba; la fecha se declaró Día de los Mártires de la Revolución.

Frank y Pujols

Cuando los batistianos asesinaros a Frank País y Raúl Pujols, tenían 23 y 38 años, respectivamente; a Frank un mes antes le habían asesinado a su hermano Josué.

El joven maestro había renunciado a su labor para asumir la jefatura de acción del Movimiento 26 de Julio y organizar el levantamiento del treinta de noviembre en Santiago de Cuba; luego, envió armas y medicinas al incipiente grupo hombres en la Sierra Maestra.

Pujols, tras los sucesos del Moncada colaboró con sobrevivientes entregándoles ropa y dinero para el regreso a La Habana, fue de los organizadores de la Resistencia Cívica y en su hogar se realizaron reuniones del Movimiento.

Al conocer el asesinato de Frank País y Raúl Pujols, expresó Fidel: “¡Qué bárbaros, los cazaron en la calle cobardemente, valiéndose de las ventajas que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino!”