La Habana, Cuba. – La figura más grande de la emancipación hispanoamericana frente a España fue Simón Bolívar Palacios, considerado por sus acciones el Hombre de América, el líder que peleó por la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Nació El Libertador el 24 de julio de 1783, en Venezuela, y fue hombre que no escatimó sacrificios ni propició levedades de espíritu, protagonizó numerosos combates y entre sus proezas militares estuvieron la Campaña Admirable, el Paso de los Andes y la Marcha hacia el Sur.
Estratega, estadista, escritor, jurista, diplomático y pedagogo fue Simón Bolívar, guerrero en la palabra y en el fragor de los campos de batalla.
El fundador de la Gran Colombia, de la cual fue presidente, dijo de sí mismo: “Me tocó la misión del relámpago; rasgar un instante las tinieblas y retornar a perderme en el vacío”.
Educación, igualdad, libertad
Simón Bolívar consagró su vida a la independencia de América y en esa voluntad Cuba no le fue ajena, pues tenía interés en liberarla del colonialismo español; pero el alfarero de repúblicas también llevó sus empeños a la educación de los hombres del continente.
El Libertador escribió: “El primer deber del Gobierno es dar educación al pueblo. El objetivo más noble que puede ocupar al hombre es ilustrar a sus semejantes”.
Así, promovió colegios a los que asistían niños sin discriminación de raza, sexo o condición social, porque lo importante era la igualdad y la formación de adecuados hábitos y conductas sociales.
Simón Bolívar en el discurso de Angostura se manifestó contra la esclavitud, a favor de la democracia y la educación popular, y abogó por un gobierno que hiciera reinar la inocencia, la humanidad, la paz, la igualdad y la libertad.