La Habana, Cuba. – Historia popular de la ciencia: mineros, comadronas y mecánicos, es el sugestivo título con el que el autor estadounidense Clifford D. Conner trató de contar “cómo personas comunes profundizaron en la creación de la ciencia”. Publicado en Cuba por la Editorial Científico-Técnica en 2019, según Conner, “es una historia no solo del pueblo, sino también para el pueblo; su público no está limitado a profesionales científicos e historiadores de la ciencia, incluye a todo aquel interesado en los orígenes del conocimiento científico”

El volumen, de 388 páginas y ocho capítulos, cada uno con una extensa bibliografía, inicia con una introducción especial a la edición cubana, donde se comenta sobre la ciencia y las revoluciones rusa, china y cubana; en este último caso, con hincapié en las ciencias médicas.

En el texto se demuestra el papel que han tenido en el avance de la ciencia las personas más humildes y en muchas ocasiones anónimas: cazadores, campesinos, marinos, herreros, curanderos y otros.  Se abordan los orígenes de la inteligencia humana, la ciencia del forrajeo, la astronomía y la geografía indígenas, la forma en que navegaban los marinos en la antigüedad, los orígenes de la lectura, la escritura y la aritmética, el paso del bronce al hierro, la agricultura y la medicina.

También se explica la trascendencia que han tenido para la ciencia los helenos, el papel de Pitágoras, Platón, Aristóteles, la ciencia en Roma, en el mundo islámico y en China. Se trata sobre cómo los marinos europeos a partir de sus observaciones fueron estableciendo pautas científicas, la importancia de las mareas, la cartografía, los problemas de la latitud y la oceanografía.

Se habla sobre algunos de los príncipes de las matemáticas, de Galileo Galilei, Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, la aplicación práctica de las matemáticas, los orígenes de la filosofía experimental, los comienzos de la literatura de divulgación científica, las figuras de Paracelso, Bacon, el surgimiento de los telescopios y microscopios. Toca la nueva ciencia que surge entre los siglos XV al XVII y el surgimiento de las academias. Profundiza en la significación del uso del vapor, las minas y los aportes de Charles Darwin.

El volumen cierra hablando del complejo científico industrial de los siglos XX y XXI, el darwinismo social, el taylorismo, la revolución verde, el gran negocio de las industrias farmacéuticas, Keynes, la era nuclear, la “ciencia” en los garajes, y la importancia de la informática.

En ese recorrido, Clifford D. Conner no esconde su posición ideológica, bien movida a la izquierda, por lo que defiende a lo largo de todo el volumen la tesis de que una gran parte de los descubrimientos científicos se realizaron por las personas más humildes, muchas veces sin ilustración alguna, pero que sí tuvieron el don de la observación; un elemento a destacar es la inclusión de fragmentos de obras donde se aprecia, en boca de sus autores, la forma en que interpretaban un fenómeno o cómo lograron un descubrimiento.

Una carencia del libro, como de la gran mayoría de los que abordan la historia o la filosofía de la ciencia, es que no dedica prácticamente ningún espacio a la investigación realizada en África, la América precolombina y Asia, aunque es justo señalar que en esta obra al menos se mencionan algunos de los aportes hechos por los chinos y los musulmanes. En resumen, es un buen texto, que demuestra cómo el descubrimiento científico y la innovación esperan detrás de cualquier puerta, solo hay que estar atento. Espero que lo disfruten.