Concienciar a la sociedad sobre el autismo es fundamental para que todos conozcan sobre este tipo de trastorno y tomar medidas para su mejora.
La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un gran impacto en la vida de los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad. A pesar de que hace años que se empezó a emplear la palabra autismo, más de medio siglo después de su clasificación es aún muy poco conocida.
Actualmente sabemos que no es un problema social sino que tiene un origen neurológico y que se trata de una alteración que abarca muchas afectaciones.
El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo, permanentes y profundos, que afectan la socialización, la comunicación, la imaginación y la conducta, entre otras esferas psicológicas.
Poco sociables y conductas repetitivas
El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo. Afectan a la socialización, a la planificación y a la reciprocidad emocional, y a veces provoca conductas inusuales.
Su origen se halla en una anomalía en las conexiones neuronales que es atribuible a mutaciones genéticas. Sin embargo, ello no siempre está presente, ya que se ha observado que las afecciones que sufre una persona autista pueden tener diversos factores desencadenantes.
El grado de severidad varía mucho; hay casos graves que se caracterizan por una completa ausencia del habla y comportamientos extremadamente repetitivos, autodañinos y agresivos, que pueden persistir durante mucho tiempo y es muy difícil de cambiar.
Las formas más leves de autismo pueden ser casi imperceptibles y suelen confundirse con la timidez, la falta de atención y la excentricidad.
Síntomas de un niño autista
Hasta la fecha una de las mayores dificultades a la que se enfrentan los médicos es un retraso en el diagnóstico del caso autista, aunque cada vez hay una mayor sensibilización por parte de los expertos y de la sociedad en general.
En edades precoces ya hay signos tempranos de autismo, entre ellos, el pobre contacto ocular, la sonrisa es escasa, no responden a su nombre, con frecuencia son niños muy tranquilos, no demandantes.
Entre los 18 y 36 meses de edad se visualizan signos como aparente sordera, parece que ignora, cuando se cae no llora ni busca consuelo, es excesivamente independiente y muy sensible a algunos sonidos o texturas.
Más adelante se perciben comportamientos inusuales ya que son poco sociables, presentan un juego repetitivo y utilizan objetos de manera inapropiada.