En esta época, el consumo de drogas es un grave problema mundial, sobre todo en niños y jóvenes. Se trata de sustancias que actúan como venenos en el organismo, al intoxicarlo física y mentalmente, conduciendo a actuaciones denigrantes, incluso agresivas.
Y peor aun, mientras mayor sea la dosis ingerida más cerca está el individuo de perder la vida por una adicción de demostrado riesgo.
Ello sustenta los recientes pronunciamientos de Miguel Díaz-Canell en el Décimo Pleno del Partido, donde afirmó que en Cuba no vamos a aceptar de brazos cruzados que nos roben el cuerpo y el alma de nuestros hijos. Sencillamente ¡no!, dijo rotundamente nuestro presidente. La sociedad cubana debe ser salvada a tiempo de ese mal que destruye hogares, familias, seres humanos, sentenció.
Y llamó a librar un enfrentamiento permanente e intenso contra los delitos asociados a la comercialización y uso de las drogas.
Combatir el peligro
Lo decíamos en el minuto anterior: en los niños y adolescentes las drogas representan el mayor peligro, pues en esas edades la ingenuidad, unida a la falta de información y la complicidad de amigos, hacen que resulten presas fáciles de esas tóxicas sustancias que les trastorna su conducta y les acercan a un abismo.
Es imperativo salvar a esos jóvenes y a todo el que caiga en la adicción, una batalla que es dura de librar, pero que se puede acometer y vencer.
Cuba, que no está libre del problema, por el contrario, se observa un incremento de este, lo enfrenta sin benevolencia, con un robustecimiento de su política oficial de tolerancia cero.
En ese sentido, recientemente se anunció la apertura de un Observatorio Nacional de Drogas, la primera institución de este tipo en la Isla, que permitirá monitorear el comportamiento del fenómeno y encauzar medidas para su enfrentamiento.