La Habana, Cuba. – La historia de las relaciones con Cuba desde 1492 en que los europeos tocaron tierras americanas, ha tenido singularidades para un país que en 1776 se libra del colonialismo inglés y funda una nueva nación en el continente. Un estado que, dentro de sus particularidades no tuvo nombre y cuyos padres fundadores, de acuerdo a sus concepciones, denominaron Estados Unidos de América.
Las trece colonias inglesas liberadas, concibieron la primera revolución para expulsar a los colonizadores ingleses, y ya en esa historia de lucha se encuentra la participación solidaria de los cubanos. Desde ese entonces las relaciones entre los dos pueblos se han manifestado en muchas áreas. Con el tercer presidente de la Unión, Thomas Jefferson que llamó a Cuba, “La llave del golfo” y en 1808 expresó su deseo de comprarla a España, pues sería “la más interesante adquisición” que pudiera hacer el sistema de estados recién creados por ellos, comienzan entonces una serie de intentos de anexión de la isla. Hace 213 años que esos anhelos subyacen como “inspiración” de actitudes y políticas de los estadounidenses hacia la isla.
Jane Franklin graduada en la universidad de Duke, editora y colaboradora de la revista Cuba update del Centro de Estudios Cubanos de New York y autora de varios libros sobre Cuba, realiza en este volumen, publicado originalmente en 1992 y editado por la editorial Ciencias Sociales en el 2015, un minucioso recorrido histórico que comienza en la época en que ambos países eran colonias de potencias europeas y abarca cinco siglos de historia.
Franklin presenta la sucesión de acontecimientos que desembocan en el triunfo del 1 de enero del 1959, llegando a incluir en esta edición los hechos hasta 1995. La escritora inicia el volumen con una interesante argumentación de las metodologías seguidas en sus incursiones historiográficas y las fuentes utilizadas. Al final de la cronología y a modo de epílogo, la investigadora comparte agudas reflexiones que evidencian su profundo conocimiento del tema.
Según la autora hay episodios de gran significación histórica, como la invasión de Playa Girón o la Crisis de Octubre, que se suelen ver a menudo de forma aislada, con la mirada puesta en Estados Unidos y no como una articulación de sucesos, casi siempre menos dramáticos y de menos resonancia, poniendo el foco en la realidad cubana.
El acercamiento a esta cronología será motivante y útil por partida doble para el lector, ya que se aborda con profundidad la visión de la política de los Estados Unidos contra la Revolución Cubana. Se aprecia un arduo y riguroso trabajo investigativo por parte de la autora, se avanza a través de antecedentes mediatos e inmediatos, entrelazados con los condicionamientos históricos de cada momento. Quien lea el texto encontrará abundantes detalles, fechas, referencias a coyunturas, acciones y decisiones personales que enriquecen la visión de los acontecimientos históricos.
En la relación de puntos que se reproducen se ha procurado marcar determinados hitos en la evolución del conflicto, se hubiesen podido agregar muchos otros, como, por ejemplo, la aprobación de la Ley Torriceli en 1992. Ojalá existiese una nueva edición revisada, que recorra hasta los años del siglo XXI.
El texto “Cuba – Estados Unidos. Cronología de una historia” es de amena lectura y resultará seguramente de interés no solo para los historiadores, sino también para los curiosos de la historia y sus porqués.