La Habana, Cuba.- Un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales ha tenido lugar este 12 de enero con la firma de un acuerdo entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos, que entró en vigor ese propio día, dirigido a garantizar una migración regular, segura y ordenada.

Así comienza la más reciente Declaración del Gobierno Revolucionario, tras la eliminación de la Política “pies secos-pies mojados” y el Programa de Parole para profesionales cubanos de la salud.

Sin dudas, su derogación pone fin a una posición agresiva y hostil contra nuestra Isla, y a dos problemas que afectaban los intereses nacionales tanto de Cuba como Estados Unidos.

La rúbrica del nuevo acuerdo migratorio implica un progreso en los nexos bilaterales, sin embargo, será necesario también que el Congreso estadounidense derogue la Ley de Ajuste Cubano de 1966 única de su tipo en el mundo.

Fin de una política sin sentido

La política “pies secos-pies mojados” fue establecida por el gobierno de Bill Clinton en 1995, y constituyó un incentivo para la migración irregular e insegura de miles de cubanos, en contra de la letra y el espíritu de los acuerdos migratorios vigentes entre ambos países.

El concepto de “pies mojados” se refería a aquellos balseros interceptados en el mar y devueltos a Cuba en un procedimiento expedito entre los guardacostas de las dos naciones. En cambio, los “pies secos” eran quienes llegaban a territorio estadounidense por cualquier vía y sin importar el medio utilizado.

Por su parte, el Programa de Parole para los profesionales médicos cubanos, que también llegó a su fin el pasado 12 de enero, incitaba a nuestro personal de la salud en terceros países a abandonar sus misiones y emigrar a Estados Unidos, dañando la cooperación médica internacional de Cuba.

Compromiso con una migración regular, segura y ordenada

Como expresa la Declaración del Gobierno Revolucionario, Cuba ratifica su compromiso en garantizar la migración regular, segura y ordenada, así como en cumplir cabalmente el nuevo acuerdo.

Igualmente, continuará garantizando el derecho a viajar y emigrar de los ciudadanos cubanos y de regresar al país, en consonacia con los requerimientos de la ley vigente.

Muestra de ello fue la actualización de la política migratoria cubana, en enero de 2013, que facilitó los trámites asociados a los viajes de cubanos al extranjero y su ingreso a la Isla, y constituye una normativa para el presente y futuro de la nación.

Desde esa fecha y hasta diciembre pasado, 671 mil cubanos viajaron al exterior por motivos personales, y sólo el 9.6 por ciento se declararon emigrantes.